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Reportaje:

Refugio para la libertad creativa

Ferran Bono

Bahskim Shehu es un escritor albanés de 45 años que huyó de su país en 1997 perseguido por el régimen. Ahora vive con su esposa en Barcelona. Desde allí se dedica a buscar ciudades-refugio para acoger a escritores y artistas perseguidos del mundo. "Me fui de Albania con la idea de regresar. Ahora han cambiado las cosas y podría volver, pero aquí me siento bien, casi no me siento extranjero", explica en un perfecto castellano que aprendió con un traductor y crítico literario, uno de los jóvenes radicales españoles de izquierda -"era del PCE-Marxista Leninista"- que visitaron Albania a partir de los años sesenta para conocer de primera mano lo que consideraban un modelo de régimen comunista. La gran mayoría volvió asqueado de lo que había visto. "La paradoja de los utópicos es que siempre buscan la utopía en un lugar concreto, a menudo en un país pequeño", apunta. A Shehu no le hizo falta viajar para afrontar una realidad a la que se oponía y que le llevó a ser internado en un campo de reeducación durante nueve años, a pesar de que su padre, Mehmet Shehu, ya fallecido, fue primer ministro del dictador Enver Hoxa. Shehu se encuentra en Valencia en calidad de delegado en España del Parlamento Internacional de Escritores.

El propósito de esta ONG, creada a raíz de los violentos asesinatos de intelectuales en 1993 en Argelia, es que Valencia se una a la red integrada de momento por 25 ciudades-refugio que dan cobijo a alrededor de 40 escritores y artistas perseguidos de todo el mundo. "No se trata de conseguir un apoyo con palabras de los ayuntamientos, sino que este apoyo sea práctico", apunta el autor en alusión a la cuantía económica que deben aportar los municipios para garantizar la permanencia en la ciudad como mínimo un año del perseguido.

Hoy, el escritor albanés se reúne con la concejal de Cultura, María José Alcón, del PP, y ediles de otros partidos, para explicarles la iniciativa que apoyan escritores como Manuel Vicent, Susana Fortes o Ferran Torrent; artistas como Andreu Alfaro; estudiosos del arte como Juan Manuel Bonet, además de otros profesionales liberales. Barcelona, Sabadell y Gijón ya forman parte de ese programa del Parlamento Internacional de Escritores, presidido en la práctica por Wole Soyinka y honoríficamente por Salman Rushdie y Václav Havel. Günter Grass, Martin Amis, Claudio Magris, Toni Morrison, Carlos Fuentes y Javier Marías son algunos de los escritores miembros de la ONG que, insiste Shehu, no tiene ninguna "preferencia política", sólo la decidida defensa "de los derechos humanos y de la libertad de creación artística".

"Saramago se declara comunista y también forma parte de la asociación que busca refugio a escritores perseguidos por regímenes comunistas", añade el escritor. Éste muestra su extrañeza por que en España apenas se tenga en cuenta que, por ejemplo, el régimen de Fidel Castro impide la salida al "disidente literario inconformista" cubano Pedro Marqués de Armas, cuyas "ideas literarias se perciben como una amenaza" en su país, para acogerse al refugio de Sabadell. En vísperas de la cumbre iberoamericana de La Habana, a la que asistirán el rey Juan Carlos y el presidente del gobierno, José María Aznar, Shehu reclama mayor atención para casos como éste, o como el del iraquí Al-Khayatt, que debido a los problemas para obtener el visado no puede acogerse a la solidaridad de Gijón.

España es solidaria, fundamentalmente lo es con los países latinoamericanos con los que mantiene un lazo histórico, opina el escritor albanés, de quien sólo se ha traducido al castellano su novela autobiográfica Confesión junto a una tumba vacía (Península). Sostiene Shehu que, junto a las razones históricas, la izquierda dominante entre los intelectuales españoles no sabe cómo analizar los países del Este, lo que impide una mayor sensibilización de los españoles frente a problemas como el de Kosovo, aunque las comunidades con aspiraciones independentistas sí han mostrado más interés. Afirma Shehu que no hay marcha atrás posible en Kosovo respecto a su independencia de Serbia y que la situación se está normalizando paulatinamente. "Me dicen que ya han vuelto el 75% de los deportados", comenta.

"Albania es un punto de partida, pero no de llegada, en mi trayectoria literaria", comenta Shehu, quien compagina ésta con su trabajo "apasionante" del Parlamento de Escritores. Hace años, su novela autobiográfica El otoño del miedo fue muy leída y polémica en su país. En ella narraba los últimas días de la muerte de su padre, "cómo fue eliminado" por el poder dictatorial, sin dejar de criticar la ideología comunista y la de su padre, pero desde "el punto de vista humano". "Porque yo quería a mi padre", concluye Shehu.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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