El grupo municipal de Esquerra se muestra dividido ante el proyecto del Barça 2000

El proyecto de ampliación de las instalaciones del Barcelona bautizado como Barça 2000 ha supuesto la primera grieta en el grupo municipal de Esquerra Republicana (ERC) y también dentro de la federación barcelonesa del partido. El casal de ERC de Les Corts, al que pertenece el dirigente de ERC Carles Bonet, envió el pasado mes de septiembre una carta al secretario general, Josep Lluís Carod-Rovira, en la que le expone los motivos por los que el partido republicano debería oponerse al plan de ampliación propuesto por el club de fútbol.Bonet reconoció ayer haber dado su apoyo a esta carta y también haber firmado contra el proyecto como profesor de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), y añadió que está a favor de que el Barcelona reordene sus terrenos, pero no puede apoyar un "monstruo ciudadano" como el que salió a información pública.

ERC presentó alegaciones que los vecinos consideran "débiles", aunque Portabella defiende que son capaces de modificar el proyecto. Además, Roser Vecina, incluida en la lista pero perteneciente a Els Verds, se ha mostrado en público y en privado contraria al plan es global, aunque ha admitido no romper la disciplina de grupo si se llega a la votación.

Dentro del partido, un sector rechaza también el proyecto. Estos militantes ven con preocupación lo que consideran una actitud tibia del teniente de alcalde de ERC Jordi Portabella y por eso pretenden que el partido, como tal, decida una posición que impida a Portabella apoyar el plan.

La federación barcelonesa de ERC se reunirá esta noche y cabe que el asunto sea abordado dentro de los ruegos y preguntas. A la reunión asistirán tanto Bonet como los dos concejales del partido.

Los vecinos, mientras tanto, están preocupados por lo que consideran indefinición del grupo republicano. En la reunión celebrada el pasado lunes para organizar la manifestación del 3 de noviembre, se propuso que una comisión expusiera a Carod-Rovira los motivos por los que los vecinos rechazan el proyecto lúdico y deportivo previsto por el Barcelona.

Los vecinos son conscientes de que la actitud del grupo de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona puede resultar clave para la aprobación o no del plan, ya que si el PSC decidiera votar a favor, bastaría con que uno de los tres grupos que forman el gobierno municipal le secundara para que saliera adelante. IC-V ya ha asegurado a los vecinos que se opondrá al proyecto y votará en contra. La misma posición es la defendida por los dos grupos de la oposición: CiU y PP. ERC tiene pues la llave del asunto.

Jordi Portabella afirmó ayer que no votará a favor del plan si no se admiten sus alegaciones, entre las que se incluye una reducción de la edificabilidad propuesta por el Barcelona y diversos aspectos relacionados con la accesibilidad a la zona.

Entre los miembros de la plataforma contra el proyecto Barcelona 2000 hay varios militantes de ERC y Els Verds que se ofrecieron ayer para actuar como mediadores entre los vecinos y el partido para evitar que el encuentro fuera visto como un enfrentamiento que en estos momentos nadie dice desear.