Guillem Vidal pide respeto para la juez que encarceló a los jóvenes de Sants

El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), Guillem Vidal, solicitó ayer un "mayor respeto" hacia la magistrada Remei Bona, titular del Juzgado de Instrucción número 28 de Barcelona, quien en los últimos días ha recibido duras críticas de diversos sectores judiciales por decretar el ingreso en prisión de 14 jóvenes detenidos tras la manifestación de la Plataforma Antifascista celebrada el 12 de octubre.

La magistrada acordó la prisión incondicional y sin fianza para 14 de los 22 detenidos por la policía y les acusó de los supuestos delitos de asociación ilícita, atentado, daños, lesiones y desórdenes públicos. Su resolución argumentaba que la alarma social causada por los destrozos en el barrio de Sants justificaba esa medida, si bien ocho días después consideró que la alarma social ya había desaparecido y acordó la libertad sin fianza de los 14 jóvenes, aunque les mantuvo todos los cargos. La fiscalía se opuso a la medida. El abogado de La Caixa de Catalunya, al contrario, solicitó el ingreso en prisión cuando los jóvenes pasaron a disposición judicial y después reclamó su libertad.Durante el tiempo en que los jóvenes estuvieron encarcelados, el Colegio de Abogados de Barcelona, las defensas de los jóvenes y el Ayuntamiento de la ciudad exigieron su libertad y censuraron la decisión judicial por considerarla desproporcionada. Sin embargo, las voces más críticas procedieron de algunos jueces que pidieron quedar en el anonimato, y que, como Remei Bona, pertenecen a la asociación progresista Jueces para la Democracia.

La sección territorial de Cataluña de esta asociación se pronunció ayer oficialmente por primera vez para expresar su "pleno apoyo" a la juez y afirmar que las críticas de algunos afiliados fueron a título personal.

Valores democráticos

En un comunicado público, Jueces para la Democracia recuerda que la magistrada "ha venido acreditando una constante actitud de defensa de los derechos humanos y valores democráticos, en especial durante su conocida etapa como juez de vigilancia penitenciaria y actualmente en su destino como juez de instrucción". A preguntas de este diario, la magistrada declinó realizar cualquier comentario o valoración.

Otra de las críticas más severas contra el encarcelamiento de los jóvenes la realizó el pasado lunes la Asociación Catalana de Juristas Demócratas, a la que también pertenece Bona y que agrupa a abogados, procuradores, magistrados y fiscales de talante progresista. Esta asociación mostró su "sorpresa e incredulidad ante el radicalismo con que se trata a determinados grupos y la tolerancia, rayana en la confabulación, con los skinheads, fascistas y grupos similares". Del mismo modo, censuró la acusación de asociación ilícita al entender que en los atestados policiales no existe el más mínimo indicio que la sustente.

Ante este cúmulo de acusaciones, Guillem Vidal reclamó a esos sectores críticos "que dejen trabajar en paz a la juez instructora, porque es una buena juez". "Si no están de acuerdo con sus resoluciones, que presenten recursos, porque para eso tenemos un Estado de Derecho", añadió. El presidente del TSJC considera que desde diversos sectores judiciales se debería tener "una más cuidada prudencia" en las declaraciones que se realizan y recordó que, en ocasiones, esos pronunciamientos se efectúan "desconociendo los pormenores de la investigación judicial".

Vidal, que es el máximo representante del poder judicial en Cataluña, considera que esas críticas "en nada ayudan a una serena y fría actuación judicial, tan necesaria para el logro de la pacífica convivencia ciudadana". Por todo ello, afirma que se ve "en la necesidad" de pedir este respeto para la actuación de Remei Bona, cuya "honradez personal y profesional está sobradamente demostrada".