Deuda en máximos
Las bolsas europeas constataron ayer una vez más que las tendencias se dictan en Nueva York y que de nada vale aprovechar la inercia de la sesión anterior sin comprobar previamente cómo vienen las cosas en el mercado estadounidense. Una apertura alcista basada en el tirón de la Bolsa de Nueva York del pasado viernes se quedó en nada ante la indicación de los mercados de futuros de que esta jornada tenía signo vendedor.Al margen de la omnipresente influencia de la Bolsa norteamericana -que ayer perdió 118,70 puntos-, los inversores españoles tenían motivos sobrados para ponerse en guardia, ya que la deuda volvía a escalar posiciones y la rentabilidad a 10 años se situaba otra vez en el 5,68%, el nivel más alto de este ejercicio. Los inversores continúan deshaciendo sus posiciones en este producto y poniendo con ello el acento en las diferencias estructurales de la economía española con las del resto de la UE. El hecho de que los Presupuestos Generales del Estado para el año próximo se basen en las mismas premisas y pongan, además, el acento en el gasto, ha aumentado las reservas de los inversores hacia el mercado español.
La publicación de los resultados empresariales trajo una sorpresa. Repsol anunciaba un descenso del 8% en los beneficios netos de los nueve primeros meses de este ejercicio, cuando se esperaba un avance espectacular.
Tampoco los mercados de materias primas estaban por la labor de ayudar a que las cosas en Europa puedan mejorar a medio plazo. La subida del precio del petróleo para entrega en diciembre hasta 23,17 dólares por barril aseguraba la presencia de problemas inflacionistas o, cuando menos, de su mantenimiento en los niveles actuales, lo cual, para la economía española, ya es bastante.
La contratación en el mercado continuo fue de 125.457 millones de pesetas efectivas, 754,01 millones de euros, y con una concentración del 50% en tan sólo tres valores.
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