Cisma
JUANJO GARCÍA DEL MORAL El cisma de Oriente, primero, y el de Occidente, tres siglos más tarde, supusieron la división de la Iglesia de Roma, que después aún sufriría la defección de los anglicanos. La lucha por el poder en las iglesias ha sido una constante desde el momento de su constitución. Y esa lucha, casi siempre con la defensa de las esencias como coartada, ha conllevado, además de cismas, los más diversos sistemas destinados a asegurarse la fidelidad del personal, del feligrés. Desde los métodos coercitivos medievales -léase Inquisición- hasta las disposiciones, ya más modernas, destinadas a hacer más llevadero el cumplimiento de los preceptos. Una de éstas últimas fue, por ejemplo, la que flexibilizó la obligación dominical de asistir a misa: la jerarquía romana estableció que también valía el sábado. Era una forma de luchar contra la pérdida de seguidores.
Pero los cismas no son exclusivos de las iglesias. Los hay en muchos otros órdenes de la vida. Por ejemplo, en el nacionalismo valenciano. Dejando de lado la existencia de ese falso nacionalismo que en las dos últimas décadas ha vivido a costa, precisamente, de negar las raíces del auténtico nacionalismo valenciano, éste también ha sufrido los efectos de la lucha por el poder y de la defensa de las esencias. El ejemplo más reciente lo tuvimos el pasado domingo. El Bloc Nacionalista Valencià, que ya lleva tiempo tratando de engordar y de ganar para sus filas a los sectores más moderados del nacionalismo -por ejemplo, organizando el Nou d"Octubre un día antes que todos los demás, para diferenciarse de los más radicales-, optó por ciscarse en el calendario para convertir el día 24 en el Darrer diumenge d"octubre, fecha ya tradicional para el Aplec de El Puig. Una cita que este año se celebrará por duplicado ya que el resto de fuerzas nacionalistas mantiene su convocatoria para el auténtico último domingo de este mes. La excusa oficial -no menos patética que la real- que los responsables del Bloc ofrecieron para justificar tal cisma es que el próximo fin de semana hay un puente festivo y no querían privar a su parroquia de la posibilidad de disfrutarlo. Lo peor es que ni así lograron demasiada asistencia. Sería por la lluvia.
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