Barakaldo inaugura su "nueva" Herriko plaza tras dos años y medio de quiebras y retrasos
Más de dos años y medio de obras dan para pasar por todas las gamas del cabreo. Incluso para que algún comercio tenga visible un cartel con la inscripción "Yo sobreviví a la reforma de la Herriko Plaza". La inauguración oficial hoy de la plaza principal de Barakaldo, un proyecto que en total ha costado más de 1.000 millones de pesetas, será el fin de una pesadilla para muchos vecinos y algunos comerciantes. El calvario comenzó el 7 de enero de 1997. La quiebra económica de la constructora, la empresa Ormak, fue el primer gran problema, que paralizó las obras al poco de iniciarse y dejó abierto un gran socavón en pleno centro de Barakaldo. El enfado popular no fue menor al agujero.
La obra y el socavón estuvieron parados cinco meses por la quiebra de Ormak. Al final hubo que recurrir a otra constructora. A principios de este año, los aparcamientos estaban habilitados y faltaba la urbanización de la explanada de la plaza, un proyecto que debía haber durado cuatro meses. La realidad volvió a ser tozuda y el plazo se ha alargado ocho meses y medio.Desde aquel 7 de enero de 1997 han transcurrido más de dos años y medio para completar un proyecto que estaba pensado para ser ejecutado en un año. Las molestias causadas han llevado a la sociedad Bilbao Ría 2000, responsable de la obra de la superficie de la plaza, a enviar una carta de disculpa a los vecinos. "Entendemos perfectamente la queja de los ciudadanos. Bastante han hecho con soportar las obras y lo han aguantado maravillosamente. El problema es que ajustamos demasiado los plazos y han surgido imprevistos", señala un portavoz de la sociedad.
Aunque el mal tiempo o la falta de materiales de construcción han influido, Bilbao Ría 2000 apunta también a la constructora Viuda de Sainz, sustituta de Ormak. El contrato establecía una indemnización en caso de retraso y la multa puede ser cuantiosa. "No podemos dar cifras. Nuestro gabinete jurídico analiza la sanción, porque sí hay retrasos achacables a la contrata", dice la portavoz de Bilbao Ría 2000. ¿Y los vecinos? Maite, residente en la misma plaza, recuerda sobre todo los ruidos y polvo. "Piensas que nunca va a acabar. Pero una vez terminada ya se olvida", añade.
Julio, el dueño de la tienda de ropa Primitivo -84 años de solera-, no puede olvidar. "Ha sido un trastorno impresionante. Lo peor han sido las vallas, el barro, los cortes de luz". Y la economía. Según sus cálculos, las obras de la Herriko Plaza han supuesto un descenso del 30% de las ventas. "Varios comercios han cerrado y otros han sobrevivido pidiendo créditos". Incluso algunos comerciantes exigieron al consistorio una indemnización. "Es inviable. De lo contrario, ¿ahora que la plaza está mejor deberían subirse los impuestos?", dice Aguirre.
Como toda inauguración que se precie,, la obra no está acabada del todo. "Faltan unos remates que los terminaremos en unos meses", señala Bilbao Ría 2000. Juli, la de la imprenta Samper, habla de "chapuza sobre chapuza". "Mire, ese respiradero [una estructura de un metro de altura ubicada en una esquina de la plaza] está torcido. Ya nos han dicho los obreros que lo tienen que cambiar".
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