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Tribuna
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Mi amigo el campeón del mundo

Tengo un amigo campeón del mundo de 500 y para mí es un honor haber tenido la oportunidad de vivir día a día la parte decisiva con él. Creo que Àlex también sería campeón del mundo en la categoría de buena persona. Es un tipo estupendo que me ha ayudado mucho y al que quiero agradecérselo.Como piloto, creo que lo que ha hecho es una de las cosas más grandes que se han logrado en España. No sólo en las motos, sino en todos los deportes. Se lo merece, porque si alguien ha esperado su momento, si alguien ha trabajado y ha puesto empeño durante años, ése es Àlex. Además, ha abierto el camino para los que vamos detrás, como Carlos Checa o yo.

Sé lo duro que le ha sido llegar donde está ahora. Nadie le ha regalado nada. Al contrario, antes de coronarse ha tenido que luchar contra un monstruo como Mick Doohan y contra mucha gente que dijo que nunca iba a conseguir el título. Eso es algo muy duro para quien lo da todo y se juega la vida sobre la moto. Quizá ahora opinarán que ha ganado porque no está Doohan, pero yo pienso que aun con él, Crivillé estaría peleando por el campeonato del mundo.

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Mi relación con Àlex no es fácil de entender. Tenemos una buena amistad, algo poco habitual en las carreras, pero también somos pilotos que peleamos en la pista con los mismos objetivos. Él está ahora en un nivel superior, a mí y al resto de pilotos, como lo demuestran los resultados de la temporada. Lo más importante es que tiene la constancia y la experiencia necesarias para ser campeón del mundo de 500.

Me cuesta explicar lo que pienso de su pilotaje. Desde luego, Crivillé es un piloto del que hay que aprender, aunque cada corredor es un mundo y siempre puedes fijarte en cosas de cada uno. Yo destacaría sobre todo su actitud y su dedicación. Y que cuando está en la pista sobre la moto no tiene nada que ver con la persona que conocemos en las demás circunstancias.

Por último, quiero volver a felicitarle de corazón y agradecerle su amistad. Que siga siendo Àlex.

Sete Gibernau es compañero de Àlex Crivillé en el equipo Repsol-Honda.

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