Ivanov afirma que Rusia no permitirá un Estado musulmán en su territorio
El ministro de Exteriores ruso calcula que los combatientes de Chechenia son 20.000
El Ejército ruso garantizará la estabilidad de la población en Chechenia y no permitirá que los extremistas religiosos creen un Estado musulmán fraccionando la Federación Rusa, aseguró ayer el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Ígor Ivanov, en Formentor, Mallorca, donde pronunció la conferencia de clausura de un foro internacional sobre el futuro del Mediterráneo. Ivanov trazó un sutil paralelismo con la crisis de Kosovo, sólo que con un matiz respecto al caso de la intervención de la OTAN. El Ejército ruso combate dentro de sus fronteras, dijo, aunque trata de evitar una limpieza étnica.
Ivanov recordó que la población de Chechenia supera el millón de habitantes, que la mitad son de Daguestán y otras nacionalidades, y que ahora se calcula que la población es inferior al medio millón de habitantes. En una conferencia y en rueda de prensa posterior, Ivanov argumentó que la lucha contra el extremismo es el principal problema que padece la región. "Para el Mediterráneo es particularmente peligroso el extremismo religioso. Hoy, los adeptos de esta forma de extremismo intentan crear una cadena de focos de tensión e incendiar de esta manera el mundo musulmán, agudizar sus relaciones con los vecinos. Lo testimonian los acontecimientos en Argelia, los Balcanes o Afganistán. La ola del extremismo y el terrorismo ha llegado también a Rusia. Los sucesos en Chechenia y Daguestán, los atentados brutales en Moscú y en otras ciudades de Rusia lo demuestran", dijo.El ministro ruso de Exteriores aseguró que la situación es de absoluta normalidad en una tercera parte del territorio de Chechenia, el controlado por el Ejército ruso, que permanecerá con los efectivos que se consideren necesarios para mantener la situación estable. Volvió a insistir en que no hay planificada ninguna operación militar de gran envergadura, sino una campaña militar para acabar con los "focos terroristas". Ivanov se mostró muy crítico con la forma en que se presentan determinadas informaciones del conflicto de Chechenia por los grandes medios de comunicación, y dijo que tambien existía una "guerra de información" nada inocente.
La conferencia de Ivanov fue el principal acontecimiento de la segunda y última jornada del Foro Formentor, organizado por la Fundación Repsol, al que asistieron el presidente del Gobierno, José María Aznar; el primer ministro argelino, Abdelaziz Bouteflika; el ex presidente de Portugal Mario Soares; el ex primer ministro israelí Simon Peres; el ministro español de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, y destacadas personalidades del mundo empresarial e intelectual de las dos orillas del Mediterráneo.
En sus declaraciones a la prensa, Ivanov dejó abierta la puerta a una solución política, negociada, en Chechenia, y dijo que su Gobierno está dispuesto a abrir el diálogo con "interlocutores que fueran realmente representativos".
El Gobierno ruso calcula que las fuerzas guerrilleras ascienden a unos 20.000 hombres, que cuentan con armamento moderno. Fuentes diplomáticas indicaron que las fuerzas rusas tienen la intención de aislar y estrangular los principales centros logísticos que dan servicio a la guerrilla fundamentalista en Chechenia, sin repetir los errores tácticos de la última campaña militar.
A preguntas de los periodistas, el ministro reiteró su preocupación por la decisión del Senado norteamericano, impulsada por los republicanos, de no aprobar la ratificación del tratado que prohíbe las pruebas nucleares. En su opinición, esa decisión puede tener graves repercusiones en otras zonas del mundo, como Pakistán, una potencia nuclear donde se ha registrado un golpe de Estado cuyas consecuencias preocupan en Moscú. Ivanov señaló que Pakistán ha sido sede de grupos separatistas musulmanes y que el golpe de Estado "favorece la movilidad de esos grupos", lo que supone una amenaza, y no sólo para Rusia.
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