El sentir de Ceuta
Como presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta quisiera exponer algunas apreciaciones que, creo, son el reflejo del sentimiento de la sociedad ceutí, desgraciadamente acostumbrada a análisis subjetivistas en medios de comunicación que, esporádicamente y cada vez con menor rigor, utilizan Ceuta como víctima propiciatoria de los debates políticos y corrientes de opinión de moda.Quiero referirme al artículo de opinión publicado en la edición del pasado jueves 23 de EL PAÍS, firmado por el escritor Juan Goytisolo. Créame que lamento la decepción que me ha causado advertir cómo, una vez más, se administra parcialmente la realidad social de Ceuta con el objetivo de proyectar una imagen deteriorada de una ciudad española, cuyos ciudadanos, tras muchos años de olvido, comparten una legítima ilusión de progreso.
Créame que no pretendo modificar los criterios políticos del articulista respecto de los juicios de valor que emite sobre los resultados de la gestión del gobierno del Grupo Independiente Liberal en Ceuta, y que son compartidos con otros destacados agentes mediáticos. No confiamos en que, siquiera apelando al principio constitucional de conceder el beneficio de la duda a un equipo de profesionales ceutíes que quiere trabajar por su ciudad, modifique sus planteamientos, para nosotros subjetivos, sobre nuestra naturaleza y objetivos de nuestro ejercicio de responsabilidad política. Únicamente pretendemos apelar a su sentido común, a su reconocida capacidad intelectual y al respeto debido a una población, la ceutí, marginada por los poderes político-mediáticos que, desafortunadamente, se encuentran alejados del conocimiento de la realidad social de Ceuta.
Sus primeras líneas con relación a la defensa de una "reflexión conjunta hispano-marroquí sobre el futuro de Ceuta y Melilla" se interpretan en Ceuta como un despiadado ejercicio de intrusismo en los derechos de los ceutíes y en la vida misma de miles de ciudadanos españoles. Tales planteamientos constituyen un desprecio a la historia de esta ciudad. Y la sensibilidad que los ceutíes conceden a sus señas de identidad hace que el sentimiento de españolidad de esta ciudad esté mucho más acentuado, sin que tenga nada que ver con corrientes políticas de una u otra naturaleza.
Para los ceutíes, defender planteamientos que cuestionen la soberanía de Ceuta no se justifica, ni siquiera, desde un análisis intelectual acerca del nuevo orden mundial. Los graves problemas que padece Ceuta son imputables a las políticas desarrolladas por los Gobiernos socialista y popular. Y alguien debería profundizar en los orígenes de lo que hoy son consecuencias irreversibles para esta ciudad; sumergirse en las "contraprestaciones" consustanciales con pacto tripartito con el que comenzó esta legislatura en Ceuta, conformado por PP-PSOE y el PDSC de Mustafa Mizzian, supone un ejercicio periodístico enriquecedor, pero también una garantía formativa sobre Ceuta, para comprender qué y por qué los ceutíes piensan, actúan y deciden en los procesos electorales en favor de una u otra candidatura.
Las propias "gestiones" llevadas a cabo por el delegado del Gobierno en Ceuta, Luis Vicente Moro, al margen de su función institucional y mediante la utilización de ésta, dicen muy poco en favor de la sensibilidad que Ceuta despierta para el Ejecutivo de la nación.
Las evidencias reales de corrupción que permitieron al PP hacerse con el poder en la Asamblea de Ceuta a finales del 95 -con poco eco en la prensa nacional- constituyen una evidencia del entorno tradicional en que se ha inspirado tradicionalmente la política en esta ciudad. Mucho nos tememos que Ceuta ha vivido episodios de los que nadie nunca se ha ocupado y que aún son susceptibles de ser advertidos como factores sobre los que establecer equivalencias muy curiosas con los asuntos políticos más convulsivos en la historia reciente de nuestro país.- . Presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta.
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