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Pedro G. Romero investiga los límites entre la vida y la muerte

Los ahorcados del artista onubense Pedro G. Romero (Aracena, 1950) cuelgan ya virtualmente -en forma de vídeo o de fotografía- desde ayer y hasta el 29 de noviembre en la sala Amárica de Vitoria. La exposición, titulada L.S.D.A., forma parte de El fantasma y el esqueleto, un proyecto multidisciplinar con acciones en distintos lugares del País Vasco y Andalucía. Es una idea original del propio Romero, que trata de investigar en el problema de la identidad y de los límites entre la vida y la muerte.Este proyecto artístico que inició su andadura en agosto pasado cuenta con talleres, conferencias, ciclos de cine y exposiciones. En este último apartado es donde entra la colaboración de la sala Amárica, que continúa con la tarea de presentar las últimas corrientes e iniciativas artísticas europeas en Vitoria. Romero ha elegido para ilustrar sus preocupaciones por el límite y la identidad la imagen del ahorcado, que ha hecho presente en diez lugares emblemáticos de Vitoria: desde la plaza de los Fueros al monumento a la Constitución.

En esos diez espacios, se grabaron sendos vídeos con la figura de un ahorcado como protagonista, de una duración de nueve minutos. La acción es mínima, pero la tensión de estos cortos es la inevitable que produce ver a una persona ahogándose -aunque sea en ficción-, con música de cuerda de fondo.

"Collages"

La proyección de estos vídeos se realiza en una gran sala en penumbra, donde también se encuentra un podio sobre el que descansan los textos que Romero ha preparado para que se los lleven los visitantes y que hacen referencia a la relación de los vascos con las picotas, las horcas y otros instrumentos de tortura, siempre con la presencia constante de la imagen del ahorcado.

El tercer elemento de este montaje alrededor de Vitoria lo conforman otros diez grandes collages de fotografías tomadas de los vídeos de los ahorcados intercaladas con textos que hacen referencia a las cuestiones que plantea el artista onubense como los Fueros, el colonialismo, el trajín de inmigrantes que ha recibido la ciudad o el control externo e interno sobre el cuerpo en este fin de siglo. Siempre, con una mirada ciertamente irónica: "Lo que más me interesan son las paradojas", asegura.

La semana que viene, el proyecto se trasladará al Palacio Montehermoso donde se proyectará un ciclo de cine bajo el título de Máquinas F Imágenes que hace referencia a ese cruce de géneros y expresiones cinematográficas que tienen algunas películas emblemáticas de la historia del cine como El grito del sur: Casas Viejas, de Basilio Martín Patino; El ángel exterminado, de José Bergamín/Michel Mitrani; F for fake, de Orson Welles; La sociedad del espectáculo, de Guy Debord o La edad de oro y Tierra sin pan, de Luis Buñuel. Las proyecciones, por este orden, serán del lunes al viernes a las cinco.

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