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Grupos de vecinos de Igeldo y Loiola llevan sus protestas al pleno donostiarra

Grupos de vecinos de los barrios de Igeldo y Loiola mostraron ayer su disconformidad ante dos medidas urbanísticas que el pleno del Ayuntamiento de San Sebastián aprobó pese a sus quejas. Entre los asitentes destacaba un ilustre. El escultor Eduardo Chillida decidió arropar, junto a su esposa, a una quincena de vecinos de la ladera del monte Igeldo, donde vive, quienes mostraron su preocupación por las obras de reforma de las instalaciones del tenis de Ondarreta.El pleno municipal debatía la aprobación de un estudio de la Dirección General de Costas para dar el visto bueno a esas obras que, según los vecinos, ponen en peligro la estabilidad de la ladera del monte. Uno de ellos basó sus argumentos en que el estudio geotécnico elaborado por Costas reconoce que es "incompleto". Durante el capítulo de ruegos y preguntas, el alcalde, el socialista Odón Elorza, se comprometió a invertir y acometer los arreglos necesarios para garantizar la estabilidad de esta zona, que resultó especialmente afectada por las inundiaciones de años pasados que causaron varios desprendimientos de tierras.

El pleno también aprobó la modificación del plan parcial del área de Riberas de Loiola, donde se prevé la construcción de unas 1.600 viviendas. Este punto contó con el voto en contra de Euskal Herritarrok y la crítica de un grupo de vecinos que también acudió al pleno en representación de una veintena de asociaciones del barrio y que criticaron la construcción de cuatro torres de doce alturas en el polígono. Los asistentes, que se enzarzaron en un debate cara a cara con el delegado de Urbanismo, Jorge Letamendia, mostraron su rechazo a este tipo de edificaciones, a pesar de lo cual el consistorio dio su visto bueno al planeamiento del polígono 22 de las llamadas Riberas de Loiola.

Tras una sesión que se prolongó durante más de seis horas, el Ayuntamiento incrementó todas las ordenanzas fiscales para el año 2000 en un 2,5%. Sin embargo, este aumento correspondiente al IPC será superior en las tasas del servicio de la grúa, que pasarán de las 6.940 pesetas actuales a 9.000 pesetas. El resto afecta a la OTA, las guarderías, el Impuesto de Vehículos, el de Actividades Económicas, la Compañía del Tranvía, las basuras, etcétera.

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