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El Gobierno de Aznar exige a Joaquín Almunia que desautorice al candidato socialista catalán

El PP y el Gobierno dirigieron ayer todos sus cañones hacia Joaquín Almunia, secretario general del PSOE, para exigirle una "rectificación inmediata" de la postura de Pasqual Maragall, el candidato del PSC que obtuvo más votos en las elecciones del domingo en Cataluña y que insiste en proponer una alternativa de Gobierno distinta a la encabezada por Jordi Pujol. En el PP y el Ejecutivo sostienen que esa reivindicación es "incoherente", "deslegitima la democracia" y "se sitúa fuera de la Constitución, el Estatuto y las leyes electorales".

El portavoz del Gobierno, Josep Piqué, tildó de "incoherente" al aspirante socialista por reclamar la formación del Ejecutivo catalán para la lista más votada. Y le recordó que en Aragón y Baleares el PSOE no aplicó ese criterio. "En un régimen parlamentario, lo que vale es la representación parlamentaria que se obtiene y las posibles combinaciones para hacer Gobierno. Me parece una obviedad que en estos momentos la posibilidad de formar Gobierno la tiene CiU", declaró Piqué a Catalunya Radio. El primer dirigente del PP que arremetió ayer contra Almunia y contra los deseos de Maragall de gobernar en Cataluña fue el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José María Michavila, que acusó al PSC de "falta de responsabilidad" y de mantener así una posición "extraordinariamente peligrosa e incomprensible". Michavila llegó a culpar a Maragall, y a Almunia por respaldarle, de no aceptar las reglas de la democracia y, por tanto, de deslegitimarla. También se quejó de que Almunia no hubiese felicitado aún al que consideró el vencedor de esa noche electoral, en alusión a Jordi Pujol, líder de CiU.

El PP no se quedó satisfecho con esta respuesta de Michavila. La dirección del partido consideró necesario recalcar las mismas ideas desde una nueva plataforma. Javier Arenas, el secretario general, se inventó ayer un género periodístico que revistió bajo el nombre de declaración oficial. Arenas se presentó a la una de la tarde en la sala de prensa central del PP, vacía de periodistas, y formuló una exposición que luego fue remitida a las televisiones, radios, periódicos y a las agencias. Naturalmente, sin posibilidad de plantear pregunta alguna.

Fue así como Arenas se permitió cuestionar que Maragall intentase ser presidente de la Generalitat de Cataluña "sin tener el apoyo de la mayoría parlamentaria" con una posición que, según su criterio, "roza lo esperpéntico y es insólita en el sistema democrático". El número dos del PP aseguró de ese modo novedoso que Maragall "se sitúa fuera de la Constitución española, fuera del Estatuto de Autonomía y al margen de las leyes electorales".

Arenas remachó que los comicios catalanes los había ganado Pujol y consideró "increíble" que Maragall quisiera ser presidente, razón por la cual le exigió ayer al propio candidato y al secretario general del PSOE una rectificación.

Opción legítima

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Todas estas ideas las repitieron ayer calcadas numerosos dirigentes del PP. Y el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, no desperdició la ocasión ayer en el Congreso de contestar a todas estas apelaciones del PP. Almunia empezó por subrayar que era una "verdad como un puño" e indiscutible, tanto para Arenas como para Pujol, el triunfo en número de votos y porcentaje de Maragall. Y a continuación ratificó, cuando se le preguntó si resultaba legítima la intención de Pujol de formar Gobierno, que en una democracia es perfectamente legítimo que quiera formar Gobierno aquel que se siente capaz de articular a su favor una mayoría parlamentaria. Por tanto, no desautorizó a Maragall, quien ha planteado esa hipótesis con un pacto del PSC con CiU, ERC e IC.

Almunia replicó también a los que acusaron a Pasqual Maragall de intentar deslegitimar los métodos democráticos, como José María Michavila. Fue cuando enfatizó: "Por cada voto que tiene el partido del señor Michavila en Cataluña mi partido tiene cuatro. Si nos fiamos de la legitimidad democrática que dan los ciudadanos, que dan los votos, los socialistas catalanes tenemos cuatro veces más. Y yo no le quito legitimidad al señor Michavila pero le pido respeto, no para mí, sino para los ciudadanos que nos han votado".

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