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Una historia atribulada

La quiebra de Grand Tibidabo es la atribulada historia de un financiero -Javier de la Rosa- que buscó pequeños ahorradores privados que creyeron en un proyecto que les reportaría grandes beneficios. La sociedad nació del antiguo Consorcio Nacional de Leasing, sobre el que De la Rosa tomó el control.De la Rosa tuvo que dejar la presidencia en 1994 a raíz de una tumultuosa junta general en que los pequeños accionistas le exigieron responsabilidades tras aflorar pérdidas millonarias. Un grupo de estos accionistas presentó una querella criminal contra De la Rosa, que se sigue en el Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona.

En los últimos años, la junta de accionistas se convirtió en un espectáculo plagado de gritos, insultos e improperios de los pequeños accionistas que dirigían sus iras contra Javier de la Rosa y algunos hombres de su órbita que han presidido la empresa.

Más información
Grand Tibidabo presenta la quiebra en los juzgados de Barcelona

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