CiU y PSC, el día después
El rumbo de dos grandes partidos, CDC y PSC, sufrirá el embate de estas elecciones. CDC puede iniciar con sus aliados democristianos de UDC un proceso de fusión, de coalición o de segregación. La sucesión de Pujol y la ascendente figura del líder democristiano, Josep Antoni Duran Lleida, juegan una carta fundamental en ese futuro que se dibuja. CiU sabrá si más allá de un bien ensamblado conjunto de intereses electorales es un proyecto capaz de sobrevivir a la carismática figura de Pujol.El más directo rival de CiU, el PSC, ha pasado una prueba de fuego en esta campaña. Maragall ha colocado un 30% de independientes en las listas socialistas bajo la denominación Ciutadans pel Canvi. Aparentemente nada ha rechinado en el engranaje del PSC que dirige Narcís Serra. Pero muchos socialistas no ocultan su escaso entusiasmo por esa reorganización del centro izquierda que propone Maragall. Y ello cambiará el rumbo no sólo del PSC, sino también de otro partido de izquierda, Iniciativa per Catalunya-Verds, de Rafael Ribó, que se presenta en coalición con PSC-Ciutadans pel Canvi en todas las circunscripciones, excepto en Barcelona. IC-V ha puesto toda la carne en el asador, después de haber roto vínculos con Izquierda Unida. La izquierda del PSC se presenta dividida. IC-V obtuvo 11 diputados en los pasados comicios, un resultado que no repetirá en unas elecciones en las que se juega la supervivencia, al igual que su escisión anguitista, Esquerra Unida i Alternativa (EUiA). La izquierda de legado comunista lucha por una fe de vida.
