Preocupante
El pasado día 25 de septiembre (sábado) sucedió en el centro comercial La Vaguada algo que me preocupó y me hizo pasar un mal rato, y fue que, cuando me disponía a abandonar con mi automóvil el segundo sótano de estacionamiento de vehículos y me incorporé al pasillo principal del recinto para dirigirme a una de las salidas, se produjo en mi fila una retención que duró unos cuarenta minutos; en la otra fila había algún movimiento, pero muy esporádico. Eran, aproximadamente, las ocho menos cuarto de la tarde.Lo preocupante y desagradable no fue lo prolongado de la espera, sino lo que a continuación describo:
Los pasillos principal y transversales se abarrotaron de vehículos en espera, de los que la mayoría permanecieron todo o casi todo el tiempo con los motores en marcha, produciendo una contaminación tal que hacía llorar los ojos y producía sensación de ahogo y sabor metálico. Los vehículos quedaron atrapados, y sus ocupantes, obligados a permanececer allí.
Nadie dio, directamente en el recinto o a través de algún sistema de megafonía (¿existe ese sistema en los sótanos?), ninguna información para tranquilizar a los que allí estábamos ni instrucciones sobre el apagado de motores para paliar la sofocante y muy tóxica contaminación.
Cuando al cabo de veinticinco minutos acudí al centro de control que hay en el sótano superior, me atendieron amablemente y me informaron de que la retención se debía a un "embotellamiento" producido en el exterior a causa de la lluvia, pero que ya habían acudido los guardias urbanos.
Me mostraron las imágenes de su control por televisión, donde pude ver que había guardias de seguridad del centro comercial controlando la salida de vehículos y que éstos estaban retenidos hasta poder incorporarse al tráfico exterior.
Un cuarto de hora más tarde se reanudó la salida, que se normalizó instantáneamente. ¿Cómo se explica que pasáramos de una retención total a la normalización en dos minutos?
Este hecho me hace pensar que puede existir un elevado riesgo en casos de emergencia, pues no parece que haya una organización con medios suficientes para controlar convenientemente el movimiento de vehículos y personas en los sótanos del estacionamiento.
Tampoco parece que exista una adecuada organización para coordinar a los agentes urbanos con los servicios de emergencia del centro, pues creo que lo razonable el otro día hubiera sido retener más a los vehículos del exterior que estuvieran situados antes de las salidas del centro comercial, en beneficio de que saliéramos los que estábamos dentro, puesto que ellos podían respirar y nosotros no; seguramente, a los agentes nadie les informó del caos interno ni ellos pudieron preverlo, aunque era sábado por la tarde.- . , Madrid.
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