"Voy a convocar un nuevo Congreso Constituyente"
Cuauhtémoc Cárdenas, de 65 años, aspira por tercera vez a la presidencia de México con un mensaje de profundización democrática y depuración nacional. Pretende un auténtico equilibrio entre los poderes del Estado y la convocatoria a un Congreso Constituyente que incorpore a la Carta Magna las figuras del referéndum y el plebiscito para la aprobación de proyectos de ley y programas. El hijo del general Lázaro Cárdenas (1934-1940), el presidente más querido por los mexicanos, fue derrotado por Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) en unas elecciones que Cuauhtémoc Cárdenas denunció fraudulentas. Líder del opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD), de centro-izquierda, perdió en 1994 frente a Ernesto Zedillo, abanderado del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), grupo que en marzo cumplió siete decenios en el poder.Cárdenas, hombre austero cuya rectitud moral muy pocos ponen en duda, abandonó el PRI en 1987 con Porfirio Muñoz Ledo y ganó en 1997 la alcaldía de México para la oposición, por primera vez en 70 años. Ha dejado el cargo después de una contestada gestión de 21 meses. Disputará la presidencia de la República el 2 de julio del 2000 al frente del PRD, del Partido del Trabajo (PT) y, probablemente, de una agrupación de formaciones menores. Niega haber sido el caudillo cuyo egoísmo, junto al atribuido al conservador Vicente Fox, candidato del Partido de Acción Nacional (PAN), haya impedido la formación de una alianza opositora capaz de arrebatar al PRI la presidencia. Reconoce que México ha cambiado desde 1988 y existen más condiciones para la limpieza electoral. "El proceso será menos inequitativo". En una entrevista concedida a EL PAÍS en su casa, donde provisionalmente ha instalado sus oficinas de campaña, alude a que las diferencias dentro del partido oficial son reales. "El PRI puede fracturarse".
Pregunta.¿A la tercera va la vencida?
Respuesta.Estoy optimista. Ha habido muy buena respuesta de los compañeros, de la gente del PRD. Estuve recorriendo distintos puntos del país y la respuesta fue siempre muy entusiasta, muy positiva, muy alentadora.
P. Pero las encuestas le sitúan detrás de Fox.
R. Puedo decirle, por mi propia experiencia, que cuando se empezó a hablar de la posibilidad de participar como candidato para el Gobierno de la ciudad yo debía de haber estado con el 10% o el 15% de las preferencias. Finalmente se ganó con el 48%. Tenemos todavía tiempo.
P. Usted y Fox han sido acusados de caudillismo, de impedir la formación de una alianza deseada por el 60% de los mexicanos.
R. Yo puedo decirle que fui de las personas que hicieron la propuesta de la coalición. La hice el 27 de febrero de este año en Cuernavaca. Propuse la coalición a través de una elección primaria para decidir el candidato de la misma.
P. Según Fox, nadie garantizaba que el PRD no repitiera las trampas de sus propias elecciones internas.
R. No coincido con ese punto de vista. El PRD reconoció que había habido problemas en sus elecciones internas de marzo, pero lo hizo públicamente. Fueron problemas de administración electoral, no de fraude. Pero, independientemente de eso, yo me preguntaría: quien dice tener una preferencia de tres a uno y no se atreve a ir a una elección muestra, como poco, muy poca audacia para andar en la actividad política.
P. Fox propone ahora que uno de los dos renuncie a favor del mejor situado en las futuras encuestas.
R. Fox demuestra muy poca confianza en su propia candidatura y en su partido. Y muestra que sólo le interesa quitar a unas personas y que llegue quien sea. Nosotros estamos por sustituir a un régimen político para poner en práctica un proyecto diferente al que se ha venido instrumentando en el país, que ha causado millones y millones de pobres, que ha elevado la desocupación, que ha hecho caer los salarios, que nos mantiene metidos en la crisis económica.
P. Entonces, de renunciar, nada.
R. ¿Declinar por quien tiene un proyecto político diferente? El primer paso es un acuerdo sobre una plataforma electoral, esto es lo que nos va a dar coincidencias. Acción Nacional se ha mantenido unida al proyecto del PRI; de hecho, cómplice con el PRI desde 1989.
P. El PRI se frota las manos con la ruptura opositora.
R. Evidentemente. Y veía como realmente importante la coalición no tanto en su condición electoral, sino como la posibilidad de constituir un Gobierno plural del 2000 al 2006, donde las agrupaciones políticas empujaran juntas por un proyecto común. La tarea de reconstruir el país, si vemos el punto de arranque, no es pequeña.
P. ¿No va a ser posible esa convergencia?
R. No la veo. No podemos pensar en trabajar en un Gobierno jalando unos para un lado y otros para otro.
P. El PRD es muy variopinto. Hay sectores de centro y otros extremistas de izquierda. ¿No dificulta eso un proyecto común?
R. En el PRD hemos tenido capacidad de ponernos de acuerdo en torno a nuestra coincidencia, y espero que sigamos teniendo esa capacidad.
P. Porfirio Muñoz Ledo también quiere ser presidente. Se alejó llamándole cacique, dando un portazo.
R. Yo no le hice nada. Quien se dio el portazo fue él. Él salió sólo y va solo.
P. Ha hecho declaraciones fortísimas, incluso le imputa la utilización de fondos públicos para promover su imagen.
R. Ojalá presente las pruebas. Está muy irritado. Le ganó el hígado. El camino de su candidatura es totalmente marginal, no tendrá resultados positivos. .
P. Usted declaró que las primarias del PRI para elegir a su candidato presidencial estaban amañadas, que Zedillo ejecutaría un dedazo con diez dedos.
R. Yo considero que hay una decisión ya tomada, que es que Francisco Labastida sea el candidato del PRI. Es una decisión tomada por el presidente Zedillo. Vamos a ver qué sucede el 7 de diciembre.
P. No parece que Roberto Madrazo haya aceptado la decisión que usted atribuye a Zedillo.
R. No la ha aceptado. Los otros tampoco parece que la hayan aceptado. Vamos a ver cómo lo toman cuando se les venga el alud de votos que llegarán a las urnas, quién sabe por qué caminos, porque todo el aparato del régimen está apoyando a Labastida: gobernadores, el PRI en sus organizaciones estatales más allá de lo que pueda decir, etcétera. Está a la vista que la gran burocracia del PRI está movilizada a favor de Labastida.
P. Se habla de una fractura en el seno del PRI.
R. Los propios precandidatos están señalando los riesgos de una ruptura dentro del PRI. Es muy probable que se dé. Lo que se deja ver es que si él acepta la imposición de Labastida estará perdido políticamente para el futuro. Si él no acepta la imposición de Labastida, pues vamos a ver qué camino toma.
P. Lo cierto es que hay una apertura en el PRI.
R. Hay un cambio que hay que reconocer, que no sabemos adónde lo va a llevar. Es una experiencia que no parece estar resultando dentro de las previsiones que habían considerado.
P. Labastida acepta observadores internacionales en las presidenciales.
R. Si no hay nada que ocultar, que venga a ver la elección quien quiera venir.
P. Sus 21 meses como alcalde de una ciudad de 23 millones de habitantes han sido muy criticados. Imagino que sabía dónde se metía.
R. Sabía yo que el Gobierno de la ciudad iba a ser un gobierno que iba a navegar en contra del Gobierno federal, del régimen. Fue un gobierno que abrió brecha, el primero del PRD. Sabíamos que íbamos a estar en un permanente escrutinio por parte del régimen a través de los medios.
P. ¿Le perjudica o beneficia su gestión con vistas al 2000?
R. Mire, es difícil para mí medirlo. Son problemas grandes que requieren de tiempo y de recursos, y en muchos casos de políticas nacionales diferentes. Hacer frente a la desocupación de la ciudad es hacer frente a la desocupación en todo el país. Pero hay logros importantes.
P. La inseguridad en la capital sigue siendo muy alta.
R. Hay avances importantes. Se logró revertir una tendencia de crecimiento muy acelerado de la delincuencia. De no haber sido así se estarían denunciado mil delitos diarios. Ha bajado la delincuencia en áreas importantes de la ciudad y se redujo prácticamente a cero el asalto a bancos.
P. ¿Cuál será su principal mensaje de campaña?
R. Profundizar las reformas democráticas para convocar a un nuevo Congreso Constituyente que nos permita revisar a fondo la Constitución, porque tiene 500 reformas hasta la fecha, algunas contradictorias. Introducir los mecanismos que permitan hacer exigibles derechos sobre vivienda, salud o trabajo que quedaron en letra muerta.
P. ¿Y las reformas en los poderes del Estado?
R. En primer lugar, introducir los mecanismos de consulta ciudadana. No tenemos referéndos o plebiscitos para la aprobación de leyes o medidas de alcance e impacto nacional, no existe la posibilidad de que los ciudadanos se organicen para presentar iniciativas de ley. Hay que revisar los mecanismos para exigir y rendir cuentas de las autoridades, de transparencia. No estaríamos pensando en cambiar el sistema político como tal. Lo que hay que conseguir es un equilibro más efectivo entre los poderes del Estado.
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