Yo afirmo AGUSTI FANCELLI
Ayer, Día de la Hispanidad, me dio por ir a afirmar mi identidad nacional. No la española, que hubiera sido lo suyo, sino la catalana, que es una forma simpática de complicar las cosas en una festividad tan señalada. Me fui a la presentación, en el Auditori de Barcelona, del programa cultural de Convergència i Unió, el cual se significa por ser afirmativamente identitario o identitariamente afirmativo, que viene a ser lo mismo, o no. Puedo afirmar y afirmo que la cosa empezó de la manera más afirmativa posible: con un señor que nos enseñaba a todos los allí reunidos El cant dels ocells para que nos afirmáramos colectivamente con la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya, la cual con ese nombre se afirma por sí sola. Total, que ya nos tenían a todos repitiendo a coro: "En veure despuntar / El major lluminar / En la nit més joiosa / Els ocellets cantant / A festejar-lo van / Amb sa veu melindrosa". Ésa sí iba a ser afirmación de la buena. Mas, ay, el director, Franz-Paul Decker, que es alemán y lo más probable es que celebre otra identidad nacional, no estuvo por la labor. Largó una primera parte de impecable afirmación catalana, con Toldrà, Gerhard, Montsalvatge y Pau Casals. De Los Chunguitos, ni rastro. La última pieza de esa parte era, precisamente, El cant dels ocells. Mas el director no nos dio la entrada, y nos quedamos con las ganas de afirmarnos coralmente. Una pena.Parlamentos: Joan M. Pujals, Joan Rigol, Maria de la Pau Janer (que habló del "preuat tresor de la cultura catalana") y, no faltaría más, Jordi Pujol. El candidato hizo un discurso de tesis,acaso el que no pudo pronunciar en Nou Barris: citó a Ferrater Mora, John Elliot, Pierre Vilar, Vicens Vives, Herder y Rénan para concluir que la cultura es afirmación identitaria, como queríamos demostrar. Y anunció que, si gana, piensa crear el Instituto Catalán de Industrias Culturales, se supone para que, por fin, tengamos una producción cultural seriada de afirmaciones identitarias. Y yo me alegré, porque con artesanías como la de El cant dels ocells de ayer no vamos a ninguna parte. Hay que aprender de los lolailos. A sus fans nadie debe enseñarles nada. Se saben de corrido las canciones de sus ídolos.
Cerró la velada una sesión de tangos orquestales, con Albert Guinovart al piano. Para afirmarme identitariamente hasta el fondo, a mí me faltó Mari Pau Huguet, pero ya sé que en esta vida uno se queda siempre a medio afirmar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- María de la Pau Janer
- Joan Rigol i Roig
- Joan María Pujals
- Albert Guinovart
- Fraude electoral
- Opinión
- Elecciones Catalanas 1999
- Campañas electorales
- CiU
- Delitos electorales
- Elecciones Catalanas
- Jordi Pujol
- Generalitat Cataluña
- Elecciones autonómicas
- Cataluña
- Política social
- Elecciones
- Partidos políticos
- Comunidades autónomas
- Política cultural
- Administración autonómica
- Cultura
- Delitos
- España
- Administración pública