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Reportaje:

La anatomía a través del arte

En 1478, Valencia obtuvo el privilegio que habilitaba a lo que equivaldría a los actuales médicos a practicar disecciones convirtiéndose en la primera ciudad peninsular que ejercía este derecho. La práctica de la cirugía en las postrimerías de la Edad Media era concebido como poco más que una modalidad de artesano, pero ya por entonces, Valencia se situó en vanguardia de esta especialidad. En 1462 se crea la escuela de cirujanos, y la ciudad rivaliza en conocimiento médico con las ciudades italianas de Padua y Bolonia. En el siglo XVI, en plena Edad Moderna, la Universidad de Valencia cuenta con ocho cátedras, frente a las dos o tres que solían contar en la época. En este mismo siglo, los doctores Luís Collado y Pedro Gimeno, crean la Escuela de Anatomía en la Universidad y se erigen en referencias de esta especialidad al ser los primeros, de acuerdo con las técnicas de Vesalio, en describir la morfología del estribo del oído interior.La Fundación Bancaixa parte de esta tradición valenciana del estudio anatómico para abordar un repaso más general en la exposición La imagen del cuerpo humano en la medicina moderna, que muestra la representación física desde los grabados del siglo XVI hasta el procesado digital de imágenes médicas.

La muestra la abre el primer volúmen de la edición latina de las obras de Galeno de Pérgamo -médico heleno nacido el año 130 que sirvió a los emperadores Marco Aurelio, Cómodo y Septimio Severo y sentó las bases de la medicina medieval-, un libro editado por los impresores venecianos Giunta en 1597 que se constituyó en la obra más difundida de la Europa renacentista. La exposición ofrece una detallada muestra de la anatomía humana descriptiva, la primera disciplina que se independizó del galenismo. La gran figura de este movimiento fue Andrés Vesalio, quien rompió con la autoridad de Galeno y basó la investigación y enseñanza de esta especialidad en la disección de cadáveres humanos. En 1543 apareció la primera edición de su gran obra De humanis corpore fábrica, de la que se pueden observar varios grabados. Sin embargo, quizás más interesante sean las seis láminas seleccionadas de las 105 que conforman la la obra Anatomia humani corporis, de Goverd Bidloo. Con él, metidos ya en el siglo XVII, la anatomía entra de lleno en el barroco y se funde con las notas que caracterizan a este estilo. Los grabados además de describir los órganos se adentran en la funcionalidad y representan a hombres musculados en diversas posturas, etre las que destaca una obra sobre el movimiento del omóplato y los músculos que lo envuelven. A final del siglo XVIII la descripción del cuerpo está prácticamente finalizada, aunque quedaba un órgano por definir: el cerebro. Es en el siglo pasado cuando se aborda su estudio, en especial las circunvoluciones, de las que la muestra recoge una litografía de Émile Beau.

Las reproducciones anatómicas no son, sin embargo, el único objeto de la muestra. La exposición recoge un apartado sobre la visión popular del curpo, un repaso a la figura humana a través de diversas culturas y representaciones. No faltran en este aprtado los anuncios, caricaturas o fotografías.

Los métodos de reproducción de imágenes médicas cierran este recorrido que funde lo artístico con lo médico. Esta última parada comienza por un repaso fotográfico en el que se puede observar huesos rasgados debido a prácticas antropófagas. Junto a las fotografías, se ofrecen muestras del cuerpo humano a través del microscopio, o de la endoscopia, es decir, la toma de imágenes a través de una pequeña cámara. Quizás más curiosa resulta la observación de las primeras radiografías realizasas en la Comunidad, obra del doctor Peset, ambas de 1896. En una de ellas se observa claramente un alfiler totalmente clavado en el dedo índice izquierdo de una mujer, una imagen que requirió 10 minutos de exposición. Otra, muestra una mano repleta de perdigones, que requirió algo más de tiempo: 25 minutos.

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