Una exposición en Madrid descubre la faceta de pintor de Günter Grass
En una de sus estancias en España, el recién galardonado con el Nobel de Literatura, Günter Grass, desveló que se puso a pintar porque no podía escribir: "No me salían las palabras", dijo. "Por eso me puse a dibujar, para poder representar lo que veía; luego las palabras comenzaron a llegar", confesó el Nobel y una de las voces más intensas y comprometidas de las letras europeas.Y ahora, la obra plástica del polifacético intelectual ("yo no me defino sólo como artista a la manera decimonónica, sino también como ciudadano") se expone en España, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, hasta el 1 de noviembre. La muestra incluye 70 obras -seleccionadas por el artista- y que Günter Grass visitará el próximo día 23, tras recoger en Oviedo el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 1999 el día anterior. "Günter Grass siempre está dibujando, incluso cuando escribe dibuja, escribe con pincel", explicó el traductor al español de la mayoría de sus obras, Miguel Sáenz, durante la presentación de la exposición en Madrid.
Grabados, acuarelas y dibujos en blanco y negro a plumilla, de diferentes épocas (nunca pinta al óleo), componen esta muestra, programada antes de que se conociera la concesión del Premio Nobel. Entre las obras figuran grabados de tres autorretratos que el pintor titula Gran autorretrato con rodaballo y pluma; Retrato con clavos y pájaro muerto y Retrato con mosca muerta. Y, cómo no, también se exponen acuarelas y grabados de ese pez (de la familia de los escoftálmidos) de boca grande y mandíbula saliente, al que Günter Grass dedicó un libro, el rodaballo.
Ironía y distancia
La obra pictórica de Grass refleja una ironía y cierta distancia sobre los materiales. En una acuarela de su máquina de escribir Olivetti, seleccionada en el catálogo Hallazgos para no lectores (Círculo de Lectores), el pintor añade este texto: "Mi vieja Olivetti es testigo dela diligencia con que miento y, de versión en versión, me voy acercando a la verdad al suprimir una falta mecanográfica".
Para Sáenz, el dibujo de Grass es la prolongación de su escritura, o viceversa. "Una idea la pinta o una pintura le lleva a escribir una novela", declaró Sáenz, quien anunció que en el último libro del escritor, Mi siglo (Alfaguara), que se publicará este mes en España, cada uno de los 100 relatos sobre algún acontecimiento histórico está acompañado por una ilustración del escritor, algunas de las cuales se pueden contemplar en esta exposición.
La mayoría de las acuarelas y dibujos, que han viajado por otros países, pertenecen a colecciones privadas, a gente que ha ido comprando la obra que más le gustaba del escritor o que él mismo ha regalado, "porque la generosidad es uno de los rasgos que más caracterizan a Grass", indicó Sáenz.
Además de los autorretratos y rodaballos, también se pueden contemplar acuarelas de otros peces llenas de trazos de color, que reflejan la faceta menos conocida del escritor alemán.
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