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El portavoz parlamentario ha sido ratificado en el puesto por cinco direcciones políticas distintas

Antonio Moreno ha figurado en el banco socialista de las Cortes valencianas como portero suplente y ha terminado como titular en las dos últimas legislaturas. Como él mismo reconoció ayer -pese a la dureza de las situaciones rara vez pierde el sentido del humor- ya ha sido ratificado como portavoz parlamentario por cinco direcciones distintas del PSPV.En la anterior legislatura -la primera de los socialistas en la oposición- Moreno accedió al cargo después de las dimisiones de Joan Lerma, Eugenio Burriel, Martín Sevilla y Antonio García Miralles, que abandonaron su escaño para ocupar otros cargos políticos o volver a su casa. Durante ese mandato, Antonio Moreno fue ratificado en el cargo por las ejecutivas de Joan Lerma y de Joan Romero. Con Romero como secretario general, Antonio Moreno fue ratificado dos veces. La primera, pese a su derrota al encabezar una lista alternativa a la secretaría general en la votación que dio la victoria a Romero; la segunda tras la ampliación de la ejecutiva del PSPV para evitar la moción de censura presentada en noviembre de 1997 por ciscaristas y lermistas.

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Los vaivenes del partido no impidieron que, tras la dimisión de Joan Romero como secretario general, Antonio Moreno volviese a ser ratificado por la gestora del PSPV, presidida por la ciscarista Juana Serna.

En los pasados comicios autonómicos, Antonio Moreno creyó llegado el momento de recuperarse de sus heridas partidarias en la Mesa de las Cortes con un puesto de importancia institucional alejado del fragor de la batalla política. Antoni Asunción era el responsable de batirse con Eduardo Zaplana.

Sin embargo, el tormentoso congreso del pasado mes de septiembre, ahora anulado, se tradujo en la dimisión de Asunción.

Antonio Moreno, que se alineó con las tesis de Ciprià Ciscar, en los últimos meses comprobó cómo, nuevamente, su fama de buen fajador le devolvía a la arena política. Las presiones de las últimas semanas -con llamadas telefónicas realizadas desde la dirección federal del PSOE incluidas- le llevaron ayer a ocupar nuevamente el puesto de titular de la oposición. Demasiado para un político de raza que intenta saltar los charcos sin salpicarse y que acaba nadando en ellos.

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