1.200 familias carecen de medios para reparar la aluminosis de sus pisos

Un total de 1.200 viviendas del barrio del Maresme, en el distrito de Sant Martí, afectadas por aluminosis difícilmente pueden fijar fecha de reparación porque muchos de sus propietarios no pueden afrontar el coste de las obras. Estas viviendas no son de protección oficial, como las de Adigsa y las del Patronato Municipal de la Vivienda, y sus dueños deben pagar las reformas. El Departamento de Bienestar Social les retiró la subvención del 25% el año pasado.

El barrio del Maresme, situado a un paso de lo que será el flamante proyecto residencial de Diagonal Mar, está formado por 38 bloques afectados por aluminosis. De ellos, en uno ha concluido ya la rehabilitación, en dos está a punto de acabarse y en un cuarto se iniciarán las obras en breve plazo. Quedarán pendientes 1.200 viviendas que tienen serios problemas para llevar a cabo las obras, según puso de manifiesto el presidente de la Asociación de Vecinos del Maresme, Santos Pérez. El coste de la reparación supone para cada vecino un desembolso de 500.000 pesetas, cifra inalcanzable para muchos de los propietarios, que tienen un nivel de ingresos muy bajo. "Hay muchos jubilados y mucha gente que sólo ingresa entre 40.000 y 50.000 pesetas al mes", puntualizan en la asociación de vecinos.

Hasta el año pasado, estos vecinos contaban con una subvención del 25% a cargo del Departamento de Bienestar Social. "La anularon. Después la hemos reclamado y antes de las elecciones municipales nos dijeron [en referencia a Bienestar Social] que estaban dispuestos a hablar sobre la subvención. Finalmente nos informaron de que estaban en disposición de dar un millón de pesetas por escalera, es decir, para unas 30 familias".

Informe de la FAVB

"Creemos que es una cantidad que no resuelve nada y reclamamos volver a disponer del 25%, como teníamos hasta el año pasado", continúa explicando Santos Pérez. Bienestar Social no aclaró ayer el porqué de la retirada de la subvención. El caso de las viviendas del Maresme era uno de los que se recogían en el informe que el pasado miércoles presentó la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAVB). Según la FAVB, la posibilidad de que los afectados del Maresme se acojan a otras subvenciones que da la Dirección General de la Vivienda de la Generalitat también resulta difícil por la complejidad del decreto que las aprobó. La FAVB también ponía de relieve las especiales dificultades de los propietarios para afrontar la reparación y el hecho de que la Generalitat les retirase la subvención.

El citado informe criticaba la lentitud del proceso de rehabilitación o sustitución de 6.000 viviendas afectadas por aluminosis y responsabilizaba de ello tanto a la Generalitat como al Patronato Municipal de la Vivienda. Las dos administraciones rechazaron tener la culpa del retraso, al menos gran parte de ella. El patronato señalaba en un comunicado que las responsabilidades en la reforma de los barrios de Trinitat Nova, Via Trajana y el Polvorín eran competencia de la Generalitat porque así se estableció en unos acuerdos entre ambas administraciones, que preveían destinar a las obras 8.000 millones de pesetas. Según el patronato, se pactó que el 60% del coste total iría a cargo de la Generalitat y el Gobierno central, el 25% lo sufragaría el patronato y el restante 15% lo pagarían los afectados. Según el comunicado del patronato, las aportaciones de la Generalitat y del Estado se han retrasado, lo que ha obligado a la institución municipal a tener que afrontar el 85% del gasto.

Por su parte, un portavoz de Binestar Social afirmó ayer que todos los pisos que deben sustituir a las viviendas afectadas por aluminosis están ya en fase de construcción. En cuanto a los que deben someterse a rehabilitación, el mismo portavoz dijo que los inspectores son los que marcan las prioridades para la intervención.