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Fernández Burgos narra el final de un hombre que conoce su muerte

Al final de la mirada (Tusquets), la primera novela del periodista Alfonso Fernández Burgos (Huelva, 1954), gira en torno a una pregunta universal: qué haría uno al enterarse de que le quedan dos semanas de vida. El protagonista, director de una sucursal bancaria, separado y con una hija, recibe a los 45 años el diagnóstico de una muerte inminente. La primera decisión que toma es no contárselo a nadie."Aparentemente es una novela sobre la soledad y la muerte", explicó el autor al presentar recientemente la novela en Madrid. "Pero es todo lo contrario, es cómo aborda, con mayor o menor entusiasmo, lo que le queda de vida. Y el protagonista lo hace desafiando a la muerte, eligiendo cuándo morir y eso es un acto de vida y de valentía", indicó Fernández Burgos, que obtuvo con esta novela el Premio Juan Pablo Forner 1998, del Ayuntamiento de Mérida.

Según el escritor, hay dos maneras de enfrentarse ante la inminencia de la muerte: una, introduciendo un poco de luz en aquellas zonas de la memoria oscuras, pero conscientes; o tomar la decisión y adelantarse a la muerte. "La cercanía te quita la angustia y permite enfrentarse a los recuerdos olvidados voluntariamente (los pilares que sustentan la vergüenza) y de paso aceptar lo que está dentro de nosotros. Es un ajuste de cuentas con uno mismo", indicó Fernández Burgos.

Novela generacional

El escritor definió Al final de la mirada como una novela generacional, "cuando los problemas de España eran diferentes". El protagonista, instalado en los últimos años de dictadura franquista, desea cambiar la sociedad; y hoy se encuentra con un matrimonio que no ha funcionado, una ex mujer que ha rehecho su vida, un hijo que no tiene nada que ver con las expectativas que depositó sobre él y una sociedad que si bien ha cambiado no es como la soñó, relata el escritor. Y con estos mimbres tiene que armarse una vida para los próximos 15 días."La novedad es que no quiere que le compadezca nadie, algo que siempre habían hecho con él. Ahora lo que quiere es ser protagonista de los últimos días de su vida. Para eso no hacen falta grandes cosas, sólo dejar cerradas pequeñas cuestiones", opina el escritor.

Para Fernández Burgos, dedicado al periodismo de opinión y autor de relatos cortos, también premiados, ("la ficción permite dar voz a esos pequeños monstruos que todos llevamos dentro, el periodismo es limitado"), considera que los galardones sirven para levantar la moral. "Los premios que he recibido me han dado ánimos, por eso a cualquier amigo que escribe le recomiendo que se presente, porque por muy pequeño que sea te da mucho".

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