"La sanidad tiende a la autonomía de gestión"
Pregunta: ¿Para qué se ha creado esta dirección general? Respuesta: Queremos implantar los sistemas de calidad en el sistema sanitario que hasta ahora existen de forma irregular. También evaluar los parámetros de calidad e implantar registros de acreditación de calidad en centros, hospitales, procesos, y que sean una base para modernizar los servicios, dando posibilidad de cotas progresivas de autogestión. P. ¿Podría detallar estos sistemas de evaluación de calidad? R. Se recogerán datos sobre la calidad asistencial, la calidad técnica, la administrativa y la calidad percibida por el ciudadano. Estos datos darán lugar a una clasificación de centros sanitarios, unidades, servicios y procesos que se espera incluso hacerla pública para que los profesionales conozcan qué nivel de calidad han alcanzado en su trabajo y los ciudadanos tengan un instrumento para instaurar la libertad de elección de centros. P. ¿Cuándo podría ser operativo este ranking de servicios? R. Me imagino que empezaremos en algún área, quizá una por provincia, eligiendo las áreas que estén más maduras en la cultura de la calidad. Posiblemente el año que viene ya estará implantado en alguna. P. ¿Algún otro proyecto novedoso? R. Hay que flexibilizar la atención sanitaria, haciendo hincapié en la necesidad del ciudadano y en la libertad y responsabilidad del profesional. El sistema actual es bastante rígido, con unos horarios determinados, con un sistema estatutario muy rígido, en el que una enfermera o un auxiliar puede hacer esto, pero no esto otro. Necesitamos más libertad para el profesional y que se le exija más responsabilidad. Con el sistema actual no es posible. ¿Cuál es el sistema que tendríamos que implantar?, ojalá lo supiéramos. P. ¿Esta modificación incluye introducir nuevas formas de gestión sanitaria? R. Sí. Lo que no se pone en duda es el modelo sanitario de asistencia gratuita, pública, y universal. Pero este objetivo se puede lograr de diferentes maneras, siempre desde la esfera de lo público, no existiendo lucro y teniendo en cuenta que el sistema sanitario tiende a ser deficitario. Se puede gestionar incidiendo en una orientación administrativista, desde el profesional, una orientación desde el ciudadano o dando cuotas de libertad a los profesionales. P. ¿Cuál es la elegida por la consejería? R. Aún no ha elegido. P. En el pasado congreso provincial del PP, en el informe político se aludió a la posibilidad de instaurar las fundaciones sanitarias. R. En la modernización del sistema sanitario se tiende a fórmulas de autonomía de gestión. Las fundaciones sanitarias son una de las fórmulas. Están también los consorcios, las empresas públicas, las fundaciones de tipo privado, las fundaciones públicas sanitarias, las entidades públicas de derecho privado. Tampoco es lo mismo construir hospitales nuevos, en los que la propia estructura la instauras desde el principio, a transformar un sistema que tiene una larga tradición de funcionamiento en la gestión directa por parte de la consejería. Transformar desde dentro es mucho más difícil que empezar de nuevo, por eso la consejería todavía no tiene decidido qué sistema va a utilizar. P. ¿Las puertas abiertas a la provisión mixta pueden dar paso a la cesión de parcelas de servicios a la gestión privada? R. La gestión privada de servicios sanitarios no creo que sea factible ahora. El modelo Alzira, es un modelo que tiene su validez como experiencia, pero creo que no es el modelo que se puede emplear para la transformación del sistema. Que yo sepa no está contemplada la posibilidad de ceder a la gestión privada funciones asistenciales. Si provisión mixta es que todos los recursos se empleen para la salud del ciudadano, y que eso incluya en algún momento introducir recursos privados, eso se hace desde hace tiempo y además es bueno. P. ¿Un modelo de eficacia cabe dentro de un sistema de gestión exclusivamente público? R. Sí, y sin poner en peligro el presupuesto. Un polo de los sistemas puede ser el sistema Alzira, el otro extremo de la renovación podría estar en la fundación pública sanitaria, un modelo absolutamente público, donde aunque hay una cierta autonomía de gestión, todavía existe una importante participación de los órganos superiores de la salud. Podemos tener una tercera vía valenciana, dando más libertad a los profesionales para exigirles más responsabilidad, dando una cierta autonomía de gestión a medida que se la vayan ganando y a medida que alcancen cotas progresivas de madurez. El paciente va a tener la posibilidad de elegir y quizás esta sea la clave que dé luego la posibilidad de autonomía del sistema. Si los pacientes eligen un centro, o un servicio, lo que hay que hacer desde la consejería es dar más presupuesto porque ese centro va a tener más carga. Llegará un momento en el que si hay mucha gente que lo elije bajará la calidad, porque habrá mas lista de espera que en otros lugares: él mismo se autoregula. Cuando das libertad, la libertad va al final autorregulando los recursos y el sistema. P. ¿Proponen que el mercado determine los servicios y la actividad que tendrán los hospitales y los centros de salud? R. Eso podría ser una parte del modelo. Hay que tener en cuenta que aunque aparentemente el sistema tenga muchos elementos empresariales, nunca podrá ser una empresa. Hay servicios que nunca serían rentables. Hay inversiones que son muy fuertes. Hay empresas, llamémosle empresa a un hospital determinado, que nunca tendrían suficiente capital para comprar una resonancia magnética que cuesta 500 o 600 millones de pesetas. No será una competencia libre y total, sino una competencia regulada por la consejería. No se puede dejar que en un área determinada deje de atenderse una patología concreta porque no sea eficiente o porque la gente que lo haga allí no lo haga bien. P. ¿Éste es el modelo que más posibilidades tiene de aplicarse? R. Para esto estamos trabajando, para llegar a un modelo en el cual al ciudadano se le solucionen sus problemas de la forma más rápida, esto es, un mercado de sensatez.
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