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Maragall cree que la futura TV-3 digital también emitirá en castellano

Enric Company

Pasqual Maragall va precisando poco a poco lo que quiso decir, semanas atrás, cuando afirmó que "el castellano no debiera estar prohibido en TV-3". Ayer explicó en Terrassa que cuando entren en servicio los futuros canales digitales de televisión, y TV-3 pase a disponer de cuatro o cinco, alguno de ellos debería ser en castellano. Maragall defendió también que los billetes y monedas del euro lleven la palabra España en vasco, gallego, catalán y castellano.

El candidato defendió esta pretensión no sólo basándose en la lógica de la diversidad lingüística existente en Cataluña, sino en consideraciones más amplias. Hay que atender esta diversidad, dijo, pero además los catalanes deben explicarse en el resto de España, y eso tiene que hacerse en castellano. Y por si esto no bastara, añadió otro argumento nada baladí. En Cataluña sigue habiendo la principal concentración editorial en lengua castellana, recordó, y por puros intereses comerciales eso exige en estos momentos disponer también de medios audiovisuales en esa lengua. Los nacionalistas de CiU y de Esquerra Republicana (ERC) pusieron el grito en el cielo cuando Maragall dijo por primera vez que el castellano no debería quedar al margen de TV-3. Le atacaron asegurando que quería acabar con el canal televisivo en catalán. Maragall no se arredró. Rechazó que ésa fuera su intención y no ha dejado de proclamar lo que desde hace un año repite una y otra vez. "El catalán no es una piedra en el zapato de España, sino una riqueza cultural; el castellano es también un patrimonio de los catalanes". Ayer lo dijo en un barrio obrero de Mataró, el de Cerdanyola, ante algo más de 1.000 personas; en un almuerzo con 450 personas entre las que figuraban representantes de entidades vecinales de Terrassa y en un mitin en la plaza del Doctor Robert de Sabadell al que acudieron cerca de 1.000 personas. Y junto a esta afirmación, la propuesta de continuar el desarrollo constitucional por la vía del federalismo. Cuenta ya para ello, dijo, con el apoyo de los presidentes de Aragón, Baleares, Asturias y Andalucía, todos del PSOE. El discurso que Maragall desgrana ante estos auditorios es una loa a la diversidad cultural, de la que proclama que es "la gran riqueza de Cataluña". Ayer reprochó a los dirigentes de CiU que oculten que incluso ellos son exponentes de esa diversidad. "Pujol se llama Soley, que es un apellido francés; su esposa se llama Lladó, que es aragonés; y Duran Lleida ha nacido en Aragón. Que no lo oculten", exclamó en Mataró. Más tarde, en Terrassa, acusó a los gobiernos de CiU de ser incapaces de hacer frente a problemas como los surgidos hace unos meses en Ca n"Anglada en torno a la inmigración africana. "Lo que aquí pasó no hubiera ocurrido si el Ayuntamiento hubiera tenido competencias en vivienda, enseñanza y políticas de empleo", aseguró.

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