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Reportaje:Hojear el pasado

La feria del libro Antiguo y de Ocasión regresa a Recoletos con medio millón de ejemplares

"Este libro es una de mis joyas". Nicolás Poyato abre su vitrina de vidrio y, con mucho cuidado, saca un libro antiguo de gran tamaño. "Eso es del año 1514; hoy día vale 350.000 pesetas", explica. "Es un libro de geografía, editado en Venecia y escrito en latín", añade el librero mientras hojea circunspecto las páginas amarillentas de Fitu orbis.Es la sexta vez que Nicolás Poyato, librero de Murcia, participa en la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, cuya undécima edición fue inaugurada ayer por el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano. En esta ocasión, la feria reúne 42 expositores de diferentes comunidades autónomas que ofrecen alrededor de medio millón de ejemplares, entre los que se cuentan varios incunables y grabados del siglo XVII. La variedad de los títulos ofrecidos cubre casi todos los gustos: desde la Crónica del VI Congreso Histórico Municipal Interamericano, La vida secreta de Borman (un jerarca nazi), hasta La sonrisa de Eros, además de revistas, postales, tebeos, mapas y calendarios antiguos.

Los responsables de la feria calculan que cerca de 450.000 personas visitarán (de once de la mañana a nueve de la noche, todos los días) las casetas en el paseo de Recoletos hasta que cierren el próximo 17 de octubre. "Estoy convencido de que es la mejor feria de libros de las que se celebran en la calle en España", asegura Poyato. "Aquí se concentran los mejores buscadores y vendedores de libros antiguos del país; vienen libreros de todo el mundo: de Italia, Estados Unidos o América Latina. La feria atrae a coleccionistas particulares, representantes de universidades o de bibliotecas".

No todos los libros de su puesto llegan a precios tan elevados como su Fitu orbis: "Tengo libros a partir de 100 pesetas".

Los 3.000 ejemplares que el librero ha traído a Madrid son sólo una pequeña muestra de lo que guarda en Murcia: "En mi almacén tengo otros 80.000 libros", asegura. Su "entorno natural" son esas páginas del pasado. Hace nueve años que Poyato dejó su trabajo como ingeniero técnico en una empresa petrolera para dedicarse a la compra y venta de libros: "Estaba cansado de la técnica, me atraían los libros, una vida más libre, sin horarios, un poco bohemia".

Sin embargo, muchos de estos libreros no sólo se dedican a vender. Cuando tienen un poco de tiempo se mezclan con los clientes de paso, los coleccionistas y los turistas para buscar y comprar libros: "La mayoría de nosotros comenzó como colecionista de libros, y creo que, en fin, los propios libreros son los mejores clientes de los libreros", sostiene Nicolás Poyato con una sonrisa.

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