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Recuperadas 9.000 piezas arqueológicas subastadas por Internet

La policía detiene a dos personas en Sevilla por expoliar el patrimonio español

La historia no sólo moldea una forma de vida, también vale para ganársela, aún a riesgo de ir a la cárcel. La Guardia Civil hizo públicos ayer los resultados de la Operación Trajano, que ha acabado con la detención de dos personas y la imputación de otra por arrancar 9.000 piezas arqueológicas del suelo de Huelva y Sevilla para subastarlas desde una página web de California destinada a coleccionistas estadounidenses y europeos.

Las casas de Santiponce (construidas sobre la romana Itálica) tienen las paredes de adobe y los cimientos de mármol. Así lo dicen sus propios habitantes. Los restos arqueológicos en Andalucía siempre han sido fruto de curiosidad, estudio, amor y trapicheo. La Operación Trajano, ejecutada al alimón por expertos de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil y agentes de Huelva y Sevilla, ha revelado el caso mayor y más tecnológico de expoliación del patrimonio en España. Las 9.000 piezas incautadas, entre monedas, hachas, puntas de sílex y piezas de cerámica, sin embargo, no son más que parte de una realidad mucho más compleja y, por añeja, vivida con naturalidad.Todo empezó por la denuncia anónima de un internauta andaluz que se había topado con una página web basada en la localidad californiana de San José en la que se subastaba un lote de 1.600 monedas procedentes de yacimientos andaluces. Aunque la página estaba en California, su propietario era un parado de Almonte que se dedicaba a ese menester al menos desde 1997. Este hombre de 52 años, autodidacta en numismática e informática y que necesitaba un programa de traducción para entenderse con sus clientes, cometió el error de poner su dirección de correo electrónico (donde recibió más de 2.000 pujas por las piezas a subasta) en un servidor basado en España. Eso facilitó el trabajo de los agentes especiales de la Guardia Civil, que durante dos meses cerraron el círculo a su alrededor y, de paso, localizaron a dos de sus suministradores.

Por el momento, es imposible calcular lo que el propietario de la página web puede haber vendido o ganado con sus trapicheos arqueológicos. Las monedas se subastaban de una en una (aunque los compradores solían adquirir varias) con un precio mínimo de salida de cuatro dólares (640 pesetas). La subasta duraba una semana y quien se hacía con un lote enviaba el dinero a una cuenta corriente de Almonte. Con el acuse de recibo en la mano, el ahora detenido enviaba la mercancía por correo certificado y cubría su posible pérdida con un seguro. En un sólo año, una de las muchas cuentas del acusado recibió cerca de millón y medio de pesetas.

Pero todas estas estimaciones son aleatorias, ya que algunas monedas decomisadas, fenicias o las de Nerón sin la cara borrada (un castigo póstumo tras su derrocamiento), pueden venderse por más de medio millón de pesetas.

Chivatazo policial

Tras registrar una vivienda en San José de la Rinconada y otra en Fuentes de Andalucía, se incautaron miles de piezas, dos detectores de metales de última generación, planos de los yacimientos, se detuvo a un suministrador del acusado de Almonte y se imputó a otro. Los agentes saben que hay más. Recoger monedas y venderlas en mercadillos -las colecciones legales están registradas desde la Ley de Protección del Patrimonio de 1985- es el sustento de algunos en Andalucía y las voces corren rápidas. De hecho, el detenido en Fuentes de Andalucía estaba esperando a la Guardia Civil tras esconder sus objetos más valiosos, porque según aseguran fuentes cercanas a la investigación confesó que le había avisado su tío, Sebastián Amedo, que es jefe de la policía local de La Luisiana. El alcalde de esta localidad, Eduardo Tamarín, confirmaba ayer que la segunda actividad del jefe policial es la de anticuario "y temas de monedas".

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