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El "efecto Terra Mítica" dispara la construcción en La Marina Baixa Benidorm, Finestrat y La Vila Joiosa proyectan 24.000 viviendas

El negocio está servido. Y en marcha. La construcción de un parque temático de grandes dimensiones en Benidorm ha disparado el desarrollo urbanístico de un extenso territorio virgen en la comarca de La Marina Baixa, sobre el que se levantarán hasta 24.000 nuevas viviendas. Los proyectos afectan a ocho millones de metros cuadrados de Benidorm, Finestrat y La Vila Joiosa que rodean a Terra Mítica. Mientras, La Nucía y L"Alfàs del Pi piden paso y anuncian revisiones de sus planeamientos urbanísticos para liberar más suelo.

Cuando los técnicos de la Consejería de Urbanismo finalizaron en 1997 los estudios relativos a los efectos socio-económicos que la implantación de Terra Mítica tendría sobre la comarca más turística de la Comunidad Valenciana, advirtieron de que la población podría crecer hasta en 10 puntos en La Marina Baixa cuando el parque temático alcanzara velocidad de crucero y se demostrara capaz de generar un flujo de visitantes propios, al margen de los millones de turistas que cada año visitan la zona. No ha sido, sin embargo, hasta que las obras de Terra Mítica han avanzado, cuando los municipios más próximos a la reserva de suelo del parque temático se han lanzado al desarrollo de extensas áreas hasta ahora vírgenes de edificaciones. La Vila Joiosa, Benidorm y, sobre todo, Finestrat, asisten a un boom de la construcción sin precedentes, superior incluso al que se vivió en los dorados años ochenta, cuando los promotores de urbanizaciones hacían cola en los ayuntamientos para tramitar licencias de obra. En la actualidad pesan proyectos de urbanización sobre un total de oho millones de metros cuadrados, estratégicamente situados en el entorno más próximo a Terra Mítica y pertenecientes a los tres municipios. Con densidades de construcción y tipología diferenciadas, ese territorio puede acoger hasta 24.000 nuevas viviendas, cifra que, traducida a parámetros de capacidad, significará un aumento poblacional de 96.000 personas. Otras localidades próximas al parque, aunque no lindando con él, como La Nucía y L"Alfàs del Pi, se han lanzado a la carrera para aprovechar la coyuntura y beneficiarse del bautizado ya como efecto Terra Mítica. Los dirigentes de ambos municipios han encargado ya los trabajos técnicos para revisar sus planeamientos urbanísticos, al objeto de liberar más suelo para construir. En esta comarca son pocas las voces que se levantan para reclamar un debate sobre la conveniencia de atender criterios de crecimiento sostenible. Los equipos de gobierno bendicen los proyectos porque las licencias y las plusvalías engordan sus arcas municipales. Mientras, la oposición habla con extremada timidez, cuando no opta por callar, porque las expectativas de desarrollo económico y creación de empleo levantadas por Terra Mítica han generado tal dinámica de apoyo social, que atacar al parque temático significa tanto como aliarse con el diablo. Y los grupos ecologistas, simplemente parece que no existen. Cuando alguien se atreve a alertar sobre la carencia de recursos hídricos para dar servicio a un desarrollo urbanístico de tal envergadura, la respuesta siempre es la misma. "Zaplana proveerá". La construcción del acueducto Júcar-Vinalopó, con parada obligatoria en La Marina Baixa, y las promesas sobre trasvases que aseguran el abastecimiento de agua, han relegado a un segundo plano el endémico problema de la sequía. El fenómeno es una realidad constatable apenas ocho meses después de que el presidente Zaplana anunciara, en enero, un proyecto de ley para frenar las ansias urbanizadoras del litoral valenciano. PASA A LA PÁGINA 5

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