La Iglesia católica lanza un canal de televisión por cable en París

El arzobispo de París, el cardenal Jean-Marie Lustinger, lanzará a mediados de noviembre una televisión por cable llamada Cadena K.TO. El proyecto, que tiene informes favorables del Consejo Superior de lo Audiovisual (CSA) y de los operadores del cable, responde al propósito de adelantarse a la previsible llegada de canales evangélicos, particularmente norteamericanos, y de otras confesiones religiosas.

Lejos de enfriarles los ánimos, los estudios de viabilidad encargados meses atrás han reforzado a los promotores en su intención de sacar adelante la cadena. En esta tarea, la jerarquía católica francesa parece contar con el apoyo decidido de sus colegas italianos. De hecho, la Conferencia Episcopal italiana se ha asociado al proyecto ofreciendo gratuitamente los programas del canal digital Sat2000 que cubre exhaustivamente todos los acontecimientos religiosos y, particularmente, las audiencias y los viajes del Papa.Así, los responsables del programa religioso de France 2 El día del Señor, emisión que celebra este año su cincuenta aniversario, mantienen en el proyecto numerosas reservas. La más importante descansa en el temor a que la aparición de una cadena católica refuerce las presiones de aquellos que reclaman al Gobierno de París una reducción drástica de la incidencia de estos programas en los gastos generales de la emisora pública. La audiencia de la misa dominical que ofrece France 2 alcanza en ocasiones el millón y medio de telespectadores y se financia principalmente con donaciones, apoyos todos ellos que podrían reducirse si la Cadena K.TO entra en juego.

Sin llegar a mostrarse hostil al proyecto, el responsable del espacio El día del Señor, el religioso dominico Hervé Jégou, ha subrayado que su programa aporta un servicio importante a la Iglesia católica y que a partir de ahora puede correr el riesgo de ser desalojado del servicio público. Pese a todo, el cardenal Lustinger cree firmemente que hay que ocupar el espacio audiovisual en París antes de que lo hagan otras confesiones.

No se descarta que este proyecto pueda integrarse en una gran cadena confesional europea, que el Episcopado italiano mantiene actualmente en fase de estudio. La idea es sumar las programaciones católicas existentes en los países europeos y hacer que todos los sacerdotes, y supuestamente los fieles más vinculados a la estructura eclesiástica, suscriban un abono a dicha cadena.