Salaburu recuerda a los nacionalistas que apoyar a la UPV es contribuir a la "construcción nacional"
Echar el resto para hacer de la Universidad del País Vasco (UPV) un centro puntero y competitivo es otra manera de hacer país. El rector, Pello Salaburu, envió ayer este mensaje a los políticos nacionalistas al inaugurar el curso 1999-2000. Salaburu criticó que el debate sobre la "construcción nacional" se centre sólo en delinear instituciones y obvie que la universidad pública podría, con apoyo, llegar a producir innovaciones que situasen al País Vasco en un buen lugar para competir. El lehendakari, Juan José Ibarretxe, pidió a la UPV que se comprometa en "la construcción de la sociedad".
El rector sostuvo que la universidad pública vasca está en una "encrucijada". Salaburu echó mano de un símil futbolístico para explicar la situación. La UPV no se puede limitar, afirmó, "a reflexionar desde la grada sobre la calidad del juego", sino que debe convertirse "al mismo tiempo en un delantero o un mediocampista que reparta juego creativo en pos de este equipo que formamos los vascos". En su opinión, es un error que el debate sobre "la construcción nacional de este país" sólo preste atención a la perspectiva "político-institucional". Afirmó que "las dependencias no se miden sólo en términos políticos". Para Salaburu es "decisivo, imprescindible y urgente" asumir que la universidad debe ser más que una mera máquina de convertir a los alumnos en profesionales. "La Universidad debe ser entendida como (...) una de las instancias básicas en las que se apoye el desarrollo de este país". Salaburu señaló que si California (EEUU) tiene el potencial económico que tiene "se debe al conocimiento producido en sus universidades", incluidas las afamadas UCLA, Berkeley y Stanford. Aunque el rector no lo explicitó en su discurso, lo cierto es que la UPV es la institución que más a pie de calle aglutina a vecinos de las tres provincias de la comunidad autónoma vasca. Ibarretxe regresó ayer a la UPV por la puerta grande. Es el primer lehendakari salido de sus aulas. El presidente del Gobierno vasco reclamó a la universidad pública un papel activo en lo que denominó la "construcción social". Es decir, detalló, que se esfuerce en fomentar la convivencia, la tolerancia, la profundización de la identidad vasca sin abandonar el mestizaje cultural y no deje en el olvido a los más desfavorecidos de la sociedad. Ibarretxe coincidió con Salaburu en que "hay que convertir a la universidad en agente del desarrollo económico" y recalcó que la UPV cuenta con todo su apoyo. El rector reivindicó la investigación como el camino más eficaz para generar conocimiento, innovación y tecnología. Se lamentó de que España destine "escasamente un 1% del PIB, la mitad de la media europea" a investigación y recordó que, pese a estar incluido en el Estatuto de Gernika, el Gobierno central aún no ha transferido al vasco la capacidad de decidir su política en investigación. Apertura en Navarra La Universidad de Navarra también celebró ayer la apertura del curso. El rector de la universidad del Opus Dei, José María Bastero, reivindicó un papel central para las humanidades dentro de los saberes universitarios. Bastero insistió en la necesidad de apostar por las humanidades y la investigación en esta época en la que, a su juicio, se está llegando "a una universidad pragmática en la que la docencia resulta claramente minusvalorada frente a la investigación". También apostó por una verdadera convivencia entre profesorado y alumnado, abrir la universidad a la colaboración con organizaciones sociales y empresariales para "aprender de sus logros y tratar de incorporarlos" y la investigación "de excelencia".
Tres actos en dos horas y media
La apertura del curso fue este año un acto muy completo. Las dos horas y media que duró dieron de sí, además, para estrenar el nuevo aulario del campus de Ibaeta, en San Sebastián, y nombrar doctor honoris causa al físico alemán Erhard Wolfgang Fischer. El edificio se llama Juan Ignacio Barriola en homenaje al médico y cirujano donostiarra fallecido el año pasado. El rector no ahorró alabannzas hacia Barriola, "una de las personas que más trabajó desde Guipúzcoa para que el País Vasco tuviera una universidad oficial". Con una pared totalmente acristalada y de diseño minimalista, el nuevo aulario cuenta con 30 aulas, una sala de informática con 50 computadoras, otra para vídeoconferencias, un auditorio, cuyas 342 plazas se llenaron ayer, y un hall que es al mismo tiempo una sala de exposiciones. Levantarlo ha costado unos mil millones de pesetas. La presencia del que fuera director del instituto Max Planck dedicado al estudio de los polímeros hizo que en la ceremonia se escuchara el inglés, además del euskera y el castellano. Fischer, de todos modos, hizo un tremendo esfuerzo y agradeció el reconocimiento con una buena parrafada en euskera. Tenía apuntes. La UPV reconoció a Fischer por sus "trabajos pioneros que han contribuido esencialmente al entendimiento de los polímeros cristalinos". Asistieron entre otros el consejero de Educación, Inaxio Oliveri; los rectores de Deusto, José María Abrego, y Mondragón, Javier Retegui, y el diputado general de Guipúzcoa, Román Sudupe.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.