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Un colegio para autistas sustituirá al centro ruinoso 'tomado' por drogadictos

El colegio Pablo Casals de San Blas, abandonado, en ruinas, tomado por decenas de heroinómanos que acuden a pincharse y donde el lunes fue hallado el cadáver de un toxicómano con una cuchillada en el cuello, será reconvertido en un centro educativo para niños autistas. Así lo proyectan el Ayuntamiento de Madrid y la asociación Pauta, encargada de la educación de niños con esa enfermedad mental. Las obras comenzarán en noviembre.

El consistorio prevé ceder 3.000 metros cuadrados de los 20.000 que ocupaba el viejo colegio Pablo Casals para la construcción del nuevo centro educativo especializado en la atención de niños autistas. El uso de los 17.000 metros cuadrados restantes del solar depende de que se resuelva el litigio judicial que mantienen el consistorio y el conserje del centro desde hace dos años. Entonces el centro educativo estaba abandonado y en estado ruinoso. El Ayuntamiento procedió a su derribo pero no pudo completar los trabajos porque el conserje, que vive en un pabellón, se negó a abandonar su vivienda. El consitorio le denunció por "ocupación ilegal", según explicaron ayer fuentes municipales. Ese edificio es el único que permanece en pie del colegio. Hasta que no llegue la resolución judicial del contencioso, el consistorio no podrá derribarlo. Los 3.000 metros cuadrados de la parcela que el Ayuntamiento va a ceder durante medio siglo a Pauta "está alejada de la zona en conflicto y no queda afectada por el contencioso", según un portavoz municipal. Ese pequeño reducto del viejo colegio es un foco de droga. Decenas de toxicómanos se reúnen en el lugar para inyectarse, lo que ha motivado numerosas protestas vecinales.

El gerente de Pauta, Agustín Ramos, afirma que, siempre que el edificio ruinoso siga en pie, "existe un riesgo razonable y que el problema de los toxicómanos no se resolverá". Ramos solicita que se derribe "cuanto antes".

Traslado

Pauta quiere que el solar de San Blas quede despejado para que los toxicómanos se vayan y así levantar su edificio. Allí quiere trasladar su actual colegio, ubicado en un chalé alquilado de la calle de Patrocinio Gómez. El centro tiene medio millar de alumnos, de entre 4 y 16 años, que padecen la citada enfermedad y reciben una educación especializada. Antes de que comience la construcción del nuevo colegio, el proyecto deberá superar varios trámites administrativos. El primero quedará resuelto en el próximo pleno de octubre, cuando el gobierno municipal apruebe la cesión de la parcela convenida, según explicaron ayer los dirigentes municipales. Luego Pauta deberá pedir la preceptiva licencia de obra. Ramos explicó ayer: "Nuestra intención es comenzar las obras del nuevo centro el próximo mes de noviembre". La obra tendrá una duración de un año y Ramos prevé que, para septiembre del año 2000, el centro ya estará listo para comenzar el curso escolar. El colegio tendrá dos plantas, un patio, garaje y un pabellón de gimnasia integrado en el edificio. Para financiar esta obra cuentan con 70 millones de pesetas, de los que 60 fueron cedidos por la fundación Cajamadrid y los diez restantes por el Ministerio de Asuntos Sociales. Los 23 que les faltan para sufragar el proyecto los aportarán los padres de los alumnos., "siempre que no se encuentre financiación externa", apunta Ramos.

La situación actual del colegio Pablo Casals, contruido en 1962 y cuyo nombre originario era XXV Años de Paz, es de abandono y ruina. Detrás de la cerca que rodea al centro hay escombros, jeringuillas y basuras. Los vecinos del barrio han protestado en numerosas ocasiones por la situación.

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