Hallado tras nueve días el cadáver de un cubano en un tren de aterrizaje
El cadáver en estado de descomposición del ciudadano cubano Roberto García Quinta, de 47 años, fue descubierto ayer en el habitáculo del tren de aterrizaje de un avión de la compañía aérea italiana Alitalia que efectuaba el vuelo entre Sharm el Sheij (Egipto) y Milán (Italia), según indicaron fuentes policiales. Todo hace pensar que el fallecido accedió hace nueve días al fuselaje del avión, posiblemente en Santiago de Cuba.
García Quinta pudo ser identificado gracias a que llevaba consigo documentación y, según las primeras hipótesis, se habría escondido en el hueco del tren de aterrizaje trasero del Boeing 767 de Alitalia el pasado día 10 en Santiago de Cuba, de donde el aparato partió al final de la tarde de ese día en dirección a Italia, vía La Habana. Desde entonces, el cadáver de este ciudadano cubano ha deambulado por el mundo, ya que el aparato ha volado en los último días a Sharm El Sheij (Egipto), Santo Domingo, Cancún y, de nuevo, a Sharm El Sheij, de donde regresó ayer al aeropuerto milanés de Malpensa.El cadáver, que se encontraba atado, presumiblemente por motivos de seguridad, y vestía un mono, fue hallado por un mecánico al abrir el habitáculo del tren de aterrizaje para efectuar una prueba en el motor. Fuentes de Alitalia señalaron que el retraso en el descubrimiento del cuerpo se explica por el hecho de que las inspecciones y controles de los compartimentos del tren de aterrizaje se llevan a cabo cada 450 horas de vuelo.
Al principio del verano se vivió un drama similar. Un joven senegalés de 18 años, que milagrosamente sobrevivió a un viaje en el tren de aterrizaje de un vuelo entre Dakar y Lyon el pasado mes de enero, falleció en Abidjan a principios de junio al introducirse de nuevo en el tren de aterrizaje de un avión que unía Dakar con la capital de Costa de Marfil.
En el verano de 1991, los cadáveres de dos polizones cubanos fueron hallados congelados agarrados a la horquilla del tren de aterrizaje de un avión procedente de La Habana y cuyo destino final era el aeropuerto de Madrid-Barajas. Con aquellos dos jóvenes, se elevó entonces a cinco el número de cubanos que en los últimos 22 años habían intentado huir de su país en los trenes de aterrizaje de aviones con destino a España.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.