27 heridos leves en otro accidente de autocar en un túnel de Murcia
Un total de 27 personas, la mayoría de ellas adolescentes de entre 15 y 20 años, sufrieron heridas leves ayer al chocar dentro de un túnel de la N-340, a su paso por Lorca (Murcia), el autobús en el que volvían de una excursión. Este accidente fue el último en conocerse de una jornada que arrancó con un choque frontal en Malla (Barcelona), en el que murieron cinco jóvenes de entre 17 y 28 años cuando uno de ellos entró con su vehículo en la autovía N-152 en sentido contrario y colisionó con el coche en el que iban las otras cuatro víctimas.
El accidente de Lorca ocurrió a las 18.00 en un túnel ubicado en el kilómetro 594 de la Nacional 340 (Cádiz-Barcelona). La Guardia Civil de Murcia informó de que el autobús colisionó lateralmente contra una de las paredes del túnel y empezó a dar bandazos. El conductor, que se encuentra entre los heridos, perdió inicialmente el control y el vehículo se precipitó contra el otro muro. "Por eso el autocar no llegó a volcar. Si el choque hubiera sido un poco después del túnel, habrían caído por un barranco", indicaron fuentes del instituto armado.Como consecuencia del siniestro, 27 de las 47 personas que ocupaban el autocar sufrieron heridas leves y fueron trasladadas al hospital Rafael Méndez, de Lorca. La mayoría de los heridos son jóvenes de menos de 20 años, integrantes de la banda de música de Monforte del Cid (Alicante), que regresaban a su pueblo tras una excursión a Granada. La herida más grave es una joven que se ha fracturado un tobillo.
Horas antes, a las 2.30 de la madrugada, Francisco Enrique Jiménez, de 28 años, entró a la autovía N-152 en sentido contrario. El vehículo, un Volkswagen Corrado matrícula B-5151-LL, circuló en sentido contrario a lo largo de unos tres kilómetros hasta chocar con el coche en el que viajaban, Jordi Padrós, Xavier Rifà, Sara Portet y el conductor, Martí Serra. Todos tenían entre 17 y 21 años y viajaban en un Renault Clio, matrícula B-3285-NT, que se incendió tras el choque. Tres de sus cuatro ocupantes murieron calcinados inmediatamente, mientras que el cuarto pasajero salió despedido del interior del vehículo y fue a parar en medio de la calzada de la autovía. Un tercer coche, un BMW matrícula B-1202-SY, que circulaba por el mismo tramo de la autovía no pudo evitar el atropellamiento de la cuarta víctima, que pereció inmediatamente.
Los cuatro ocupantes del Renault Clio residían en la localidad de Tona, muy cercana al lugar del accidente, mientras que el ocupante del Volkswagen Corrado, Francisco Enrique Jiménez residía en Els Hostalets, a unos cinco kilómetros del lugar del siniestro. En esta localidad nadie se explicaba ayer los motivos que pudo tener el ocupante del Volkswagen para entrar a la autovía en sentido contrario, desoyendo las claras señales de tráfico que guían al conductor hacia la entrada correcta de la autovía.
El alcalde de Tona, Josep Picó, explicó que la policía investiga la posibilidad de que el choque fuera el resultado de una apuesta suicida en la que podría haber participado Francisco Enrique Jiménez y que consistiría en circular en sentido contrario por la autovía.
Este tipo de juegos temerarios se ha dado en más de una ocasión en el tramo de carretera donde ocurrió el accidente y vecinos de la zona recordaban ayer algunas detenciones realizadas en los últimos años de conductores que circulaban en sentido contrario. Los funerales por las cuatro víctimas de Tona se oficiarán esta tarde, mientras que Francisco Enrique Jiménez no será enterrado hasta que se le haya realizado la autopsia.
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