Muchos individuos, poco equipo
Los dos puntales del Gobierno, el socialdemócrata Rudolf Scharping, ministro de Defensa, y el verde Joschka Fischer, ministro de Exteriores, que son además los dos políticos más populares de Alemania, dan la impresión de cultivar más su imagen personal y sus ambiciones de futuro que de trabajar en equipo y respaldar la política del canciller Schröder. Según señalan medios socialdemócratas, Schröder ha comentado en privado con cierta ironía que las atenciones de Fischer a su imagen van a veces en detrimento de la suya propia.El ministro de Defensa, a su vez, reclama con energía fondos para el Ejército, ha criticado con vehemencia los recortes en su presupuesto y publica por entregas el "diario de guerra" de su labor durante la contienda en Kosovo en el diario conservador Die Welt.
A juzgar por las indiscreciones en circulación, Rudolf Sharping acaricia aún la idea de llegar a ser canciller de República Federal de Alemania. En el ámbito privado, tampoco la esposa del canciller, Doris, parece muy dispuesta a hacer compañía a Schröder en Berlín. En el diario Tagespiegel, Doris ha revelado que sigue viviendo en Hannover, que su hija sigue yendo a la escuela en aquella ciudad y que tiene intención de venir a la capital -como turista- en otoño.
Una de las razones para acelerar el traslado del Gobierno en septiembre había sido la necesidad de que la pequeña Clara, la hija de Doris, comenzara el curso escolar en la capital. Ahora, la esposa del canciller no aclara cuándo se trasladará a vivir definitivamente a Berlín. En cambio, afirma que no le importaría si su "marido trabajara en su profesión de abogado".
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