Un camino sinuoso
El camino hacia la legislación sobre la tenencia de perros en España ha tenido un camino sumamente sinuoso e irregular desde que a principios de este año, y después de la muerte de una niña en Palma de Mallorca en las mandíbulas de un dogo argentino, muchas administraciones y partidos políticos presentaran y aprobaran sus propios proyectos.Loyola de Palacio, entonces ministra de Agricultura, llegó a decir que quería prohibir todas las razas peligrosas y pidió "la eliminación automática" de los animales que atacaran a personas. Después, y tras las noticias de nuevas personas heridas por perros de las razas malditas (pitbulls, rotweillers, dogos argentinos), diversas comunidades aprobaron por cuenta propia normativas para controlar la situación.
Madrid, Cataluña, Andalucía y el País Vasco lanzaron medidas restrictivas -a veces muy distintas entre sí; Cataluña reconocía 11 razas peligrosas y Madrid, 47- en las que figuran muchos de los puntos recogidos por el proyecto de ley que el Consejo de Ministro envió ayer al Congreso.
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