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Richard Rogers propone Barcelona como modelo de ciudad sostenible

Anatxu Zabalbeascoa

"Barcelona ha abierto un camino hacia el renacimiento urbano", dijo ayer el arquitecto Richard Rogers. "Las ciudades son centros de cultura, pensamiento, convivencia e intercambio, por eso son fundamentales para la sociedad", añadió durante la conferencia Las ciudades del futuro y el desarrollo sostenible, que impartió en el Colegio de Arquitectos de Barcelona. El prestigioso arquitecto británico propuso el modelo Barcelona como ejemplo de ciudad de desarrollo sostenible.

Señaló Rogers que la tendencia actual es el abandono de las ciudades y la colonización del campo. En Inglaterra, según él, el 84% de los comercios inaugurados en la última década se han levantado en el extrarradio. "Ese tipo de actuación es arriesgado porque pone en peligro el futuro del campo y el de la ciudad. Sin comercio e intercambio, las ciudades morirán, y con grandes superficies comerciales y autopistas, el campo dejará de ser campo", afirmó. El autor del Centro Pompidou reivindicó la importancia de frenar una contaminación que está acabando con el campo y la ciudad. "De lo contrario, tardaremos pocos años en ser colonizados por el modelo norteamericano de ciudades como Los Ángeles. Allí las autopistas han sustituido a las calles, el campo ha sido edificado y la ciudad carece de centro". El modelo de ciudad que representa la nueva Barcelona es, para el arquitecto, sobresaliente porque en muy poco tiempo la ciudad se actualizó, se regeneró, se amplió y se modernizó sin perder su esencia. El pasado mes de mayo, en reconocimiento a su regeneración, Barcelona recibió la medalla de oro del Royal Institute of British Architects (RIBA). Compartieron ayer mesa con Rogers los arquitectos Oriol Bohigas y Enric Miralles. Bohigas, uno de los artífices del modelo Barcelona, sostuvo que las claves de éste son indisociables de un pensamiento de izquierdas: una ciudad pública con un contenido social basado en la eliminación de las diferencias entre el centro y la periferia y en la preservación cultural, económica y social de los barrios como unidades de ciudad.

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