Azkuna deslinda su asistencia a la Asamblea de Electos del pacto con EH en el gobierno de Bilbao

El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, irá a la Asamblea de Electos, que se reunirá el próximo sábado en su ciudad, siguiendo la doctrina oficial del PNV, pero no quiere que su asistencia a ese foro presuponga un pacto con Euskal Herritarrok (EH) en el Ayuntamiento de la capital vizcaína. Azkuna advirtió que busca mayorías cualificadas durante su mandato y que exigirá sus futuros socios "unos comportamientos democráticos" más alla de la condena formal de la violencia. "Una cosa es la Asamblea de Electos y otra es la gobernabilidad de Bilbao", subrayó el alcalde.

Azkuna se esforzó en aparecer ayer ante la opinión pública como un disciplinado militante del PNV, que sigue escrupulosamente la doctrina oficial de su partido. Recordó que la dirección peneuvista ha establecido que la Asamblea de Electos, que el sábado celebra una reunión en el Palacio Euskalduna de Bilbao, no tiene un carácter constituyente ni de suplantación de las instituciones vascas ya existentes. "No iré [a la Asamblea] como anfitrión, sino como uno más", explicó antes de precisar que está dispuesto a asistir a tantas reuniones como sea necesario para avanzar en la búsqueda de la paz y la reconciliación. Frente a aspiraciones más ambiciosas de otros participantes, Azkuna defendió la reunión de electos como un foro de encuentro "para expresar la vasquidad desde el Adour al Ebro, sin perjuicio de diferencias y condiciones políticas y administrativas" y discutir problemas culturales, sociales y lingüísticos. El alcalde de Bilbao deslindó su participación en la Asamblea de la posible entrada de EH en el gobierno de Bilbao. "La situación es complicadísima", reconoció Azkuna ante el inminente reinicio, tras el parón veraniego, de las negociaciones del PNV y EA con la formación que lidera Arnaldo Otegi para alcanzar pactos de gobernabilidad. Además del Ayuntamiento de Bilbao, todavía queda por buscar fórmulas de acuerdo en las diputaciones de Vizcaya y Guipúzcoa. La dificultad por alcanzar la mayoría en Bilbao -el PNV sólo cuenta con nueve concejales y, ante la autoexclusión del PP (8 concejales), requiere la formación de un tripartito con el PSE (cinco), EH (cuatro), Iniciativa Ciudadana Vasca (dos) o Izquierda Unida (uno)- no impidió que el alcalde expresara con toda rotundidad que exigirá "comportamientos democráticos" a sus posibles socios. Azkuna señaló además que busca la formación de mayorías cualificadas en Bilbao. "Un Ayuntamiento no es el consejo de administración de una empresa, en el que las decisiones se pueden tomar con el apoyo de un 51% frente al 49%", dijo. Las exigencias democráticas que planteará a sus futuros socios fueron cuidadosamente enumeradas por Azkuna. En primer lugar, colocó la aceptación de "la pluralidad de Bilbao". Sin llegar a citar expresamente a Euskal Herritarrok, aseguró que no puede ir con quienes "no condenan la violencia". Además, estableció como condición para compartir las responsabilidades de gobierno de Bilbao algo más que un rechazo abstracto a la violencia, y citó como ejemplos concretos la sucesión de episodios que jalonaron la celebración de la Aste Nagusia en la capital vizcaína, desde la paliza perpretada contra unos agentes de la policía municipal, al sabotaje contra transformadores de Iberdrola que dejo sin suministro eléctrico a miles de bilbaínos y las pintadas contra el Bizkai Buru Batzar (BBB) y su persona por decidir que la bandera española también se izara en el balcón del Ayuntamiento. "Eso son imposiciones", subrayó. Las negociaciones de la coalición PNV-Eusko Alkartasuna para alcanzar pactos municipales con EH no prosperaron la pasada semana en Llodio, donde sólo EA se ha integrado en el equipo de gobierno que preside el alcalde de EH Pablo Gorostiaga. Sin embargo, sí puede tener éxito en Durango, donde PNV-EA tiene la mayoría (9 concejales) y EH suma cinco.