Rato asegura que la inflación está bajo control, aunque alerta sobre el diferencial con la UE

Un día después del jarro de agua fría que ha supuesto la inflación en agosto, el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, reconoció ayer su preocupación, aunque negó que los precios estén descontrolados. El problema, admitió, no es que la inflación se haya situado en el 2,4%, sino el diferencial de precios con los principales países de la UE. Como respuesta, además de las medidas que abrirán la competencia en el sector energético, Rato reiteró que el objetivo de déficit público para el año 2000 se situará por debajo del 1% del PIB.

"No creo que se pueda hablar de que la inflación ha escapado al control" [del Gobierno], afirmó ayer Rodrigo Rato en una entrevista en la Cadena SER. "Lo que nos tiene que preocupar ahora", añadió, es "cómo queda el resto de la inflación de los países europeos".En una comparecencia también ayer en el Senado para responder a una interpelación del Grupo Socialista, Rato reiteró que el déficit público estará el año que viene "claramente por debajo del 1% del PIB", lo que forma parte de la política encaminada al control de los precios.

El vicepresidente sostuvo que lo importante es "reducir el diferencial de inflación con la UE, no por los efectos inmediatos, sino porque si se mantiene como en la actualidad mermaría la capacidad de competir de la economía española".

Rato subrayó que en la lucha contra la inflación no hay "ningún discurso de mis antecesores que no haya exigido sacrificios a los salarios, mientras que yo se los estoy pidiendo a las empresas".

Insistió también en que se tomarán medidas encaminadas a aumentar el grado de liberalización y competencia en la comercialización de los productos energéticos, "cuyos precios son el principal problema de la economía española". Entre estas medidas figura facilitar la venta de gasolinas en grandes superficies.

Al respecto, la Comisión Nacional de la Energía (CNE) se mostró ayer favorable a esta medida, siempre que se cumplan los requisitos exigidos para este tipo de instalaciones, informa Servimedia. También las grandes superficies comerciales asentadas en España han acogido con satisfacción esta posibilidad.

Según explicaron fuentes del sector a Europa Press, las principales trabas para establecer nuevas estaciones de servicio para la venta de combustible suelen ser de tipo urbanístico; es decir, las que dificultan la obtención de la calificación adecuada del terreno. La medida, añadieron, favorecerá a los consumidores, ya que podrán comprar a precios más bajos.

Desde el Grupo Socialista, el senador Arseni Gisbert dijo que no se pueden atribuir todos los males de la inflación al precio del petróleo, y reprochó al Gobierno "algunas políticas de privatización que son liberalizaciones de boquilla", así como "el poco esfuerzo para cooperar con las comunidades autónomas en el control de los precios del suelo".

El ex director de la Oficina Presupuestaria del Gobierno, José Barea, también exigió al Gobierno "medidas que actúen sobre la demanda, porque una inflación como la que tenemos nos va a llevar pronto a una pérdida de competitividad". Aseguró que el repunte de los precios "se le ha escapado de las manos al Gobierno" y que las medidas adoptadas hasta ahora "sólo han tenido efectos parciales".

Por otra parte, el Ministerio de Trabajo informó ayer de que los ingresos por cotizaciones sociales se situaron en agosto en 5,53 billones de pesetas, lo que supone 100.000 millones más de lo previsto y un incremento del 6,9% sobre el mismo mes del año anterior.