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El director de cine británico Charles Crichton fallece a los 89 años

El cineasta, autor de comedias, realizó 'Un pez llamado Wanda'

Isabel Ferrer

Máximo representante de la denominada comedia inglesa de la década de los cincuenta, el director británico Charles Crichton, fallecido el miércoles a los 89 años, fue un ejemplo de integridad y apego al que consideraba el elemento esencial de su trabajo, un buen guión. Olvidado casi por la industria después de haber filmado cintas populares, fue recuperado en 1988 por John Cleese en Un pez llamado Wanda.

Un pez llamado Wanda, la película que rodaron Crichton y Cleese, cerró su carrera con un Bafta, premio de la Academia Británica de Cine, y una candidatura al Oscar. En la cima de su popularidad, Crichton decía que un director de comedia no debe tratar de ser divertido para lograr una buena película. "Al contrario, hace falta mucha seriedad para conseguir algo que haga reír a los demás". Contratado por los legendarios estudios Ealing, supo aplicar con fortuna su propio lema tras aprender el oficio con Alexander Korda, para el que editó innumerables filmes, entre ellos una de las versiones de El ladrón de Bagdad (1940).Después de estrenarse en 1944 con For those in peril, una cinta basada en los servicios navales de rescate aéreo, empezó a dejar su sello en comedias irresistibles con un cierto toque cruel. Hue and cry (1947) era su favorita. Presenta a una banda de estafadores que aprovecha el diálogo de una historieta publicada por entregas para preparar sus golpes. El éxito de The Lavender Hill mob (1953), traducida al español como Oro en barras, le convirtió en el director más admirado del momento. Las desgracias de Alec Guinness, un anodino empleado dispuesto a robar un millón de libras en oro, le harían luego famoso en Estados Unidos.

Los preparativos del guión, recordados ayer por los críticos británicos, fueron una mezcla de humor y sarcasmo. En Ealing querían un drama, pero al escritor Tibby Clarke le pareció que las desventuras de Holland, el personaje encarnado por Alec Guinness, merecían un tratamiento humorístico.

El favor de crítica y público le valió a Crichton una llamada de Hollywood. Tenía que dirigir al actor Burt Lancaster en The birdman of Alcatraz, pero no lograron entenderse. La película fue concluida por John Frankenheimer y el británico se dedicó a la televisión y a impartir clases. Cuando Cleese le pidió que dirigiera Un pez llamado Wanda llevaba 23 años alejado de la cámara.

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