Entre "txapelas" y mate

A primera vista, la apariencia de los 57 jóvenes que ayer fueron recibidos por el lehendakari Juan José Ibarretxe no indicaba ninguna característica peculiar acerca del origen de estos chicos y chicas de entre 20 y 30 años. Sí es cierto que abundaban las txapelas sobre las cabezas de algunos trajeados muchachos, primer síntoma de extrañeza para el curioso, pero fue la bombilla -el recipiente en el que se toma el mate en América-, en manos de un joven, el indicador más claro de que se trataba de los participantes este año en el programa Gaztemundu, iniciativa impulsada por el Gobierno vasco para que los jóvenes vascos de la diáspora conozcan el país de sus padres y abuelos. Y con la bombilla, la mezcla de acentos en unas conversaciones en las que dominaba el euskera, pero en las que también se podía escuchar el inglés de Estados Unidos y Australia, el portugués brasileño, y el español de Argentina, Uruguay, Perú, Venezuela, Chile y México. Con semblante serio y atento, los 57 afortunados con la beca del programa Gaztemundu escucharon las palabras del lehendakari que abrían dos semanas de intensa actividad en Euskadi. La licenciada en Arquitectura Regina Soledad Oyhanart, de la ciudad argentina de Coronel Pringles, al suroeste de Buenos Aires, comentaba que su interés principal está en los edificios, "que tanto he estudiado durante la carrera, pero que nunca había tenido la oportunidad de ver". Como la mayor parte de sus compañeros, Soledad Oyhanart, oriunda del País Vasco francés, también acudirá a visitar a su familia. Ibarretxe se encargó en su discurso de indicar las líneas principales de la iniciativa: "en estos tiempos en los que la información es primordial, queremos transmitir la Euskadi real, que no tiene que ver tanto con la que transmiten los medios de comunicación vinculada a la violencia, ni con la Euskadi idílica de las leyendas". El programa de actividades incluye tanto la visita a las bodegas de la Rioja alavesa o al poblado prehistórico de La Hoya en Laguardia, como el conocimiento de la experiencia cooperativa de Mondragón o de la actividad en los parques tecnológicos, que se completarán por un recorrido por Lekeitio, Getaria, Bera de Bidasoa, Elizondo, San Juan de Luz, Hendaia, las cuevas de Zugarramurdi, Aralar o el monasterio de Olite. Todo ello para intentar conseguir que los 57 jóvenes obtengan una visión global y más profunda del País Vasco. Y es que esa fue la intención de Carlos Orúe, hijo de bermeana y bilbaíno, residente en Sidney (Australia), cuando redactó junto a sus compañeros Martín Domenech y Miren Goikoetxea el proyecto para participar en esta cuarta edición de Gaztemundu. "Nuestra intención era buscar la forma de atraer a más jóvenes vascos al euskal txoko, que descubrieran la belleza y la singularidad del país de sus padres; queríamos venir aquí y aprender todo lo posible para transmitirlo en Sidney".