La Asociación Juan XXIII pide al cristianismo "una cura de humildad"
Sobrino cree "un pecado" el dinero pagado por el futbolista Vieri
Las crecientes diferencias entre ricos y pobres, las críticas al papado de Juan Pablo II y las dudas sobre la Biblia como único libro sagrado marcaron este fin de semana el Congreso de Teología organizado por la disidente Asociación de Teólogos Juan XXIII, en el que se pidió al cristianismo "una cura de humildad" si quiere mantener su vigencia en el siglo XXI. Jon Sobrino, padre de la teología de la liberación, dijo que los 7.500 millones que pagó el Inter de Milán por el futbolista Christian Vieri "son un pecado".
"La transferencia de Vieri es un pecado, como también lo es que en un Barça-Madrid haya en el campo más millones que el presupuesto de muchos países africanos", dijo Sobrino el sábado pasado en una mesa redonda en la que también participaron Victoria Camps, catedrática de filosofía moral de la Universidad de Barcelona y el filósofo y teólogo de origen indio Raimon Panikkar, profesor emérito de la Universidad de California (Estados Unidos). La intención de los organizadores del encuentro, en el que participaron cerca de 1.500 personas, era formar grupos de discusión en los que hubiera cristianos, no cristianos e incluso no creyentes, como Victoria Camps, reconocida experta en temas de ética -y ex senadora socialista- pero también atea confesa. Quizá haya sido ella la única de los disertantes que despertó murmullos entre los asistentes. "Creo que si se suprimieran los instrumentos de enseñanza y de transmisión de la religión, el mundo podría llegar al ateísmo", dijo la catedrática catalana, y la multitud, en su gran mayoría formada por creyentes, dejó escapar un rumor de desaprobación. Una señora mayor, incluso, no dudó en gritar: "¡Es que tu no crees en Dios, hija!".
Fue entonces cuando el filósofo de las religiones Raimon Panikkar, ciudadano indio nacido en Barcelona, y uno de los más aplaudidos a lo largo del fin de semana, habló del homo religiosus: "Todos lo llevamos dentro", dijo, para regocijo de los asistentes.
Críticas a la Iglesia
Las críticas a la jerarquía de la Iglesia Católica -la española y la que ejerce desde Roma Juan Pablo II- habían empezado el jueves durante la inauguración del congreso, que estuvo a cargo de Enrique Miret Magdalena, presidente de la Asociación de Teólogos Juan XXIII. "Los grupos católicos avanzados son mal vistos en Roma, que prefiere los movimientos conservadores", dijo. Muchas de las causas que defiende la Asociación Juan XXIII, como la teología de la liberación, que basa sus postulados en la marginación en la que viven muchos de los habitantes de América Latina, no son tenidos en cuenta por el Vaticano. Y otras de las afirmaciones de estos teólogos, a los que no les gusta ser llamados "progresistas" -¿por qué debe ser la Biblia el único libro sagrado? o ¿no puede haber muchos otros jesúses, personajes divinos, que divulguen un mensaje similar?- directamente ponen la carne de gallina a los miembros de la Curia. Precisamente las referencias a Juan Pablo II y a su ortodoxia en la manera de conducir los destinos de la Iglesia, fueron las que se llevaron las mayores risas y aplausos entre los asistentes al Congreso.
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