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Reportaje:

"Maillots" para campeones

En Irura (Guipúzcoa) se investigan y se diseñan y en Castejón (Navarra) se confeccionan las prendas y se realiza el examen de calidad de los tejidos que luego lucirán ciclistas profesionales y cicloturistas. Así se divide la producción en Etxe-ondo, una empresa de ropa deportiva que comenzó estampando camisetas en 1976 y que se ha consolidado como una firma de calidad que ha vestido a ciclistas como Rominger, Kelly, Ugrumov, Induráin, Delgado y Rominger, entre otros. Paco Rodrigo, gerente de Etxe-ondo, comenzó a trabajar en Subijana y Cía, una compañía textil que contaba entre sus accionistas con el famoso modisto guipuzcoano Cristóbal Balenciaga. Lo hizo como colorista, grabador y estampador, unos oficios que aprendió con técnicas rudimentarias. Allí estampó pañuelos, fulares y vestidos, y se perfeccionó en un oficio que luego ha aplicado a la ropa deportiva. "Hacíamos realidad las ideas de estampación de Balenciaga", recuerda Rodrigo. A mediados de los años 70, la empresa comenzó a tambalearse y Rodrigo decidió marcharse y crear, con la colaboración de uno de los socios, una empresa de estampación, Etxe-ondo. La firma comenzó su actividad en un caserío de Villabona "con menos de 700.000 pesetas", recuerda. Los inicios de la empresa, heredera de Subijana y Cía, están presentes en el anagrama, una meta de hierba que recuerda el caserío donde realizaron las primeras estampaciones Paco Rodrigo y su compañera y responsable de diseño en la empresa, María Jesús Uranga. 1988 fue uno de los mejores años de la firma, que ganó el Tour con Pedro Delgado y la Vuelta con Sean Kelly. Esos primeros triunfos animaron la expansión internacional de la empresa, que ese mismo año acudió a la feria de la moto y bici de Colonia con su propio expositor, que visitó Peico Delgado. Con ese reclamo consiguió darse a conocer y clientes que todavía, once años después, siguen comprando sus prendas. En el taller de Irura, un cuadro recuerda los éxitos de Etxe-ondo. Con ropa de esta empresa ganaron el Tour Perico Delgado en 1988 y Miguel Indurain en 1991, un ciclista éste último al que vestían desde que era aficionado. En la gran ronda francesa ha subido también al podio Etxe-ondo con ciclistas como Tony Rominger y Alex Zulle, que quedaron segundos en 1993 y 1995, respectivamente. Nueve vueltas a España y nueve vueltas al País Vasco están en el palmarés de la fabricante guipuzcoana. Sin embargo, su gran apuesta y victoria es la especialización y la calidad, frente a la producción masiva. Y llega hasta el punto de confeccionar bajo pedido ropa para determinadas pruebas. Es lo que hizo Etxe-ondo para Alberto Guisasola, el ciclista guipuzcoano que batió el récord en la prueba cuatrianual París-Brest-París en 1995, un recorrido de 1.200 kilómetros que Guisasola realizó en 43 horas y 20 minutos. "Le hicimos un culotte reflectado y del mejor tejido para soportar los cambios de temperatura, la lluvia y el sudor", señala María Jesús Uranga, que añade: "Nuestra inversión siempre ha sido la calidad". La empresa cuenta con un departamento de Investigación y Desarrollo donde se hacen los prototipos y en la que trabajan cinco personas. Este departamento saca al mercado todos los años nuevos productos y cuando han terminado un nuevo diseño, varios ciclistas y el propio gerente prueban las prendas para comprobar su eficacia. Etxe-ondo tiene un acuerdo con Goretex para fabricar para ellos sus productos. Este tejido impermeable, cálido y transpirable es uno con los que trabaja la empresa, que confecciona las prendas con tejidos especiales contra el sudor, el frío y que incluso, como en el caso del power, hasta masajea los músculos mientras se pedalea. "Hay fabricantes que siguen la moda sin más, pero no es nuestro caso. Nuestras prendas son técnicas y buscan conseguir los mejores resultados, controlar la transpirabilidad, el calor, el frío y la lluvia", asegura Paco Rodrigo. La investigación en la empresa pasa también por la confección. En Irura, un potente ordenador de última generación digitaliza el patrón básico de las prendas, memoriza todos los cortes de las prendas y las tallas e imprime en papel todos las piezas de la ropa , simplificando el corte y confección de la ropa y consiguiendo un ahorro considerable de tela. Etxe-ondo tiene una plantilla de 40 personas y una cartera de unos 2.000 clientes repartida en España, Europa, Estados Unidos, Asia y Australia. En 1998 facturó 650 millones de pesetas, exporta el 60% de su producción y prevé cerrar este ejercicio con un incremento del 30% de las ventas. El objetivo para los próximos años es aumentar su presencia en los mercados exteriores. "Queremos crecer pero sin perder nuestra filosofía de calidad", concluye el gerente.

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