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El líder de CDC en el Ripollès deja el partido por el caso del Casal d"Avis

Miquel Noguer

El presidente de Convergència Democràtica (CDC) en el Ripollès y hasta el viernes delegado de Bienestar Social en la misma comarca, Valentí Clarena, dimitió de sus cargos en el partido e hizo entrega de su carnet de militante el viernes por la noche. Clarena intentó así cerrar la crisis abierta en CDC tras hacerse su pública su presunta responsabilidad en un fraude en el hogar de ancianos de Ripoll, del que era gerente.

El pasado viernes por la noche, durante una reunión extraordinaria que se alargó más de tres horas, la ejecutiva comarcal de CDC en el Ripollès trató de resolver el escándalo mediante la renuncia de Valentí Clarena a seguir ocupando su cargo como máximo responsable en esta comarca del partido que preside Jordi Pujol. El diputado de CiU y alcalde de Ripoll, Eudald Casadesús, admitió que, de no haber presentado la dimisión, Clarena habría sido expulsado igualmente del partido. El alcalde de Ripoll, que figura de nuevo en las listas de CiU para las próximas elecciones autonómicas, no cree que el escándalo del hogar de ancianos de Ripoll pueda restar votos a la coalición nacionalista y aseguró que "todo se esclarecerá". Las irregularidades de la gestión de Clarena en el hogar de ancianos se remontan a principios de este año, cuando empezaron a acumularse deudas de la institución en comercios y restaurantes de la comarca por un valor que roza 1,5 millones de pesetas. Los jubilados miembros de la junta del hogar de ancianos no entendían por qué el dinero recaudado en el centro para cubrir los gastos de la organización de actos y celebraciones no llegaba a los proveedores ni tampoco que lo hiciera con importantes retrasos cuando se pagaba. Pacto de silencio El pasado mes de junio, la junta del hogar de ancianos descubrió la deuda y amenazó con dimitir en bloque si ésta no se saldaba inmediatamente y no se le daban las explicaciones pertinentes. En aquel momento, la dirección de CDC obligó a Clarena a pagar parte de la deuda al tiempo que se impuso un pacto de silencio, que perduró hasta el pasado día 10, cuando el caso apareció en la prensa. Fue precisamente el viernes cuando la Dirección General de Acción Cívica de la Generalitat abrió un expediente sancionador a Valentí Clarena y le suspendió cautelarmente del cargo de delegado de Bienestar Social en el Ripollès y, por extensión, de la gerencia del hogar de ancianos. La reunión del día 10, durante la que Clarena explicó los detalles de su gestión y presunto fraude al hogar de ancianos, transcurrió en un clima de tensión por el hecho que muchos de los dirigentes locales de CDC eran conocedores, desde hace meses, de la dudosa gestión de Clarena al frente del hogar de ancianos. A pesar de los intensos rumores que circulaban por la población desde principios de este año sobre las inexplicables deudas que acarreaba esta institución, ningún dirigente de CDC ni tampoco del Departamento de Bienestar Social abrió ninguna investigación sobre las cuentas del centro. Algunos sectores de Convergència en el Ripollès también han acusado a Clarena de no pagar las cuentas de diversas cenas que el partido ha realizado a lo largo de los últimos años en restaurantes de la comarca. El hogar de ancianos de Ripoll cuenta con unos 3.000 socios, hecho que lo convierte en una de las principales instituciones de la comarca, lo cual explica que CDC haya mantenido siempre un considerable control de este centro. Los partidos políticos de la oposición habían criticado en numerosas ocasiones el hecho de que Clarena organizara numerosos mítines políticos de CiU tanto en éste como en otros hogares de ancianos del Ripollès.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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