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Crítica:CANCIÓN - LUIS EDUARDO AUTE Y SILVIO RODRÍGUEZ
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Bramido de gozo sereno

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Llenazo en el coso de Las Ventas. 18.000 personas bramaron en cuanto irrumpió Luis Eduardo Aute en el escenario. Pero fue un bramido auténtico que duró casi tres minutos. Eduardo comenzó interpretando cinco temas y luego presentó a su amigo cubano. Y de nuevo, la turbamulta se puso chulina y amorosa. En la variopinta fauna de los cantautores hay algunos maestros. Silvio Rodríguez y Aute pertenecen al exiguo elenco de los catedráticos. Son clásicos a su temprana edad; sus maneras hacen presentir que cuando sean mayores van a ser una demasía. Silvio y Eduardo están de gira y recalaron anoche en Madrid, "la fiel Madrid", dijo Silvio. Madrid se volcó, al igual que está sucediendo en toda España. Seguramente, Dos (título del espectáculo) es el acontecimiento de este verano en la música popular. No hay ningún patrocinador, ninguna institución por medio, ningún auspicio exocrino: todo por derecho y por corazón. Es curioso constatar que la mayoría del público, en toda la gira, pertenece a la generación de los incomprendidos veinteañeros.

Luis Eduardo Aute y Silvio Rodríguez

Gonzalo Lasheras (guitarra), Antonio Sauco (teclados), Maite Pizarro (coros), Inor Sotolongo (percusión), Antonio Sagua (bajo), Ramses Rodríguez (batería), Ernán López Nussa (piano), Rey Guerra (guitarra).Plaza de las Ventas, 10 de agosto. Entradas a 3.500 pesetas. Lleno.

Aute, a mitad del concierto, pidió un aplauso para Alfredo Kraus, fallecido ayer. La multitud se emocionó y, más que una ovación, realizó otro bramido entrañable que duró varios minutos. Los veinteañeros tienen mucho corazón, saben más de lo que imaginamos y conocen lo que es bueno.

De lujo

El concierto fue de lujo, como el público, como los músicos, como la noche estrellada, serena y algo libidinosa. Aute se marcó lo más granado de su repertorio: Prefiero amar, Cine Cine ("que toda la vida es sueño y los sueños cine son"), Hafa Café, La belleza (que provocó delirio en las gradas y en la arena), Me va la vida en ello ("quiero que me digas, amor, que no todo fue naufragar"), Cinco minutos... Silvio Rodríguez, además de sus temas clásicos, interpretó varias canciones de Mariposas, su último trabajo discográfico que sale estos días a la venta. Fundió muy bien la nueva hornada con la clásica: Casiopea, Sin hijo ni árbol ni libro, Quien tiene viejo el corazón, Rosana, Esto no es una elegía, Unicornio, Rabo de nube... A estas alturas de su existencia, Aute y Silvio cada vez cuidan más el ámbito musical en sus conciertos. Han simbiotizado a sus músicos y se ha conseguido una exquisita banda potente y delicada, muy artistas. Todos ellos bordan su trabajo. Acaso convenga destacar la sensibilidad de Maite Pizarro en los coros, la genialidad del pianista Ernán López Nussa, el arrebato del guitarrista Rey Guerra, la meticulosidad de Gonzalo Lasheras. Ambos artistas se coaligaron para interpretar juntos algunas canciones. Lo que consiguieron con Sin tu latido fue una emoción antológica. Este cronista no recuerda haber vivido momentos tan intensos en la plaza de Las Ventas, ni siquiera con Curro Romero.

Silvio estrena disco inmediato. Aute tendrá en la calle dentro de dos días un voluminoso tomo llamado Cuerpo de delito (Canciones 1966-1999), editado por Celeste Ediciones. Son 536 páginas en las que están incluidos todos los poemas que ha hecho Aute para la música, acompañado de un extenso repertorio de fotografías de todos los tiempos, incluidos los tiempos en que era meritorio de dirección de cine. Además, el viejo zorro no para. El próximo mes de octubre saldrá a la venta un videolibro en el cual Eduardo se explaya también en otra faceta muy querida por él: el cine. Se ha montado una película de dibujos animados en la que él es autor, director, guionista, músico y enfebrecido creador. O sea, que estos dos clásicos están muy vivos.

Aute es un caballero del Greco, más en concreto El caballero de la mano en el pecho. Es un punto filipino. Silvio es un punto y aparte cubano. Curiosamente, Cuba y Filipinas están incluidas en las giras que realizan los cantantes. Uno es el último de Filipinas y el otro es el primero de Cuba.

Los camerinos de ambos cantantes, antes de la actuación, eran algo así como un convento de clausura rigurosísima. En el camerino de Aute sólo entraba Marichu, su mujer, y la actriz Pastora Vega. En el camerino de Silvio sólo entraba su mujer y su hermana, que es algo así como su ángel protector. Son muy parcos en el beber y en el comer. Están nerviosos, disimulan su ansiedad, pero al camerino les van llegando noticias del ambientazo que hay en la plaza. Ya hay una vibración muy seria con el guapo público. Porque, todo hay que decirlo, la gente que va a ver a estos viejos es una gente muy aseada, muy educada, muy guapa y, seguramente, muy libertina en las entretelas de su corazón. Silvio Rodríguez y Aute, por lo visto ayer en Las Ventas, están marcando guiños al futuro que nos viene, al año 2000. Por cierto, el año 2000 lo van a celebrar con un concierto en Manila. Los filipinos son en extremo orientales, y los cubanos también. Y por supuesto, los españoles.

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