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Los republicanos ponen en peligro el acuerdo de paz al exigir la disolución de la policía del Ulster

Los republicanos norirlandases intensificaron ayer sus presiones para eliminar a la policía probritánica del Royal Ulster Constabulary (RUC), multiplicando inesperadamente así los obstáculos con los que tropieza la misión mediadora del exsenador estadounidense George Mitchell. En su segunda jornada en Belfast para desbloquear el proceso de paz en Irlanda del Norte, Mitchell no hizo comentario alguno a la maniobra lanzada por Gerry Adams, el dirigente del Sinn Fein, que actúa como frente político del Ejército Republicano Irlandés (IRA). Pero, claramente, la declaración de Adams, que renovó vigorosamente la desbandada del predominantemente protestante RUC, complica el cuadro de las negociaciones porque se produce en vísperas de la publicación, mañana, de 200 recomendaciones para reorganizar el cuerpo policial.

Esas recomendaciones han sido formuladas por una comisión especial encabezada por el exgobernador de Hong Kong Chris Patten. No se sabe la extensión de las reformas, pero Adams dijo categóricamente que deben comprender "la disolución" del RUC para dar lugar a la creación de una fuerza "aceptable para ambas comunidades". El Sinn Fein acusa al RUC de sectarismo e insiste en que no inspira confianza alguna en el campo nacionalista católico. Adams subrayó que si no se modifican las estructuras de la policía (13.000 miembros) corre un grave peligro la puesta en marcha del acuerdo de paz logrado hace 17 meses.

Las demandas republicanas eran sólo una parte del enorme desafío que espera a Mitchell en el curso de su misión, considerada por Londres y Dublín como el último esfuerzo por salvar el llamado Acuerdo de Viernes Santo, el más consistente intento por poner fin a tres décadas de violencia sectaria en el Ulster.

Aunque expresando públicamente un cauto optimismo, Mitchell, Adams y Trimble mantienen una postura escéptica. El Partido Unionista del Ulster (UUP) de Trimble lo ha dicho mil veces: será imposible formar un Gobierno autónomo en la provincia mientras el Sinn Fein no arranque del IRA un compromiso real para comenzar el desarme. El Sinn Fein sostiene que no tiene influencia sobre el IRA y que, además, tal condición de entregar las armas republicanas no figura en los acuerdos.

La única voz sosegada partió del moderado Partido de la Alianza. Su portavoz, Sean Neeson, instó al UUP y al Sinn Fein a abandonar "su actitud arrogante" y poner en marcha el proceso de paz "que no les pertenece a ellos sino a todo el pueblo de Irlanda del Norte", dijo en alusión al referéndum de 1998, en el que más del 72% de los irlandeses dieron su apoyo al texto del Acuerdo de Viernes Santo.

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