EL PRESIDENTE DEL BUNDESTAG Y SU CASERA
Al presidente del Parlamento alemán, el Bundestag, Wolfgang Thierse, le persigue su casera con una orden de desahucio por tener en su vivienda a una realquilada ilegal. Kerstin Alscher, propietaria del inmueble en el que vive Thierse, quiere echar al segundo máximo cargo de la República Federal de Alemania (RFA), tras el presidente de la nación, con el argumento de que en la vivienda está registrada una intrusa. De poco han servido las excusas de Thierse, quien alega que se trata de una cuñada residente en el extranjero, a quien no ha cedido parcela alguna de su vivienda, aparte de su buzón. Pero la señora Alscher no cede y ha mandado ya la orden de desalojo al parlamentario, según informa la prensa alemana. El detonante del conflicto doméstico no es precisamente el ánimo de lucro del político, sino el desprecio del lujo de un atípico presidente que el único cambio que accedió a aplicar en su vida, por respeto a su rango, fue adecentarse algo su pelirroja barba. Thierse renunció a la fastuosa mansión que le hubiera correspondido al asumir su cargo, hace menos de un año, para quedarse en su vivienda de toda la vida, en un barrio del antiguo sector comunista de Berlín. Lo malo es que con la caída del muro llegó la especulación inmobiliaria a lo que fue el sector rojo de la ciudad, y el viejo distrito de Prenzlauer Berg es ahora territorio de la movida. Clubes y restaurantes se disputan cada esquina del barrio y los alquileres suben como la espuma, situación que ha inclinado a la casera de Thierse a la evacuación forzosa de los viejos inquilinos para buscarles un recambio adecuado a los nuevos precios.- ,
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