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SUBCONTRATACIÓN DE SERVICIOS EN LA SANIDAD PÚBLICA

Una política más flexible "en busca de mayor eficacia"

Amaya Iríbar

Uno de los objetivos declarados del Gobierno del Partido Popular en materia sanitaria es lograr dotar a los hospitales públicos de mayor autonomía de gestión para hacerlos más eficaces y rentables. En este sentido fueron creadas el año pasado las fundaciones públicas sanitarias, si bien ningún hospital ha pedido aún su transformación. Y, con el mismo objetivo, se ha modificado la política de conciertos, que permiten al Insalud comprar servicios a otros proveedores, haciéndola "más flexible y más transparente", explican fuentes del instituto. La actividad concertada no es estrictamente una privatización, pero implica dejar servicios de la administración sanitaria en manos diferentes a las propias. Por esta vía, aceptada por el Gobierno popular y por los anteriores socialistas, el Insalud compra a un agente externo prestaciones concretas. Y paga por ello precios establecidos. La respuesta puede estar en otra administración -es el caso del Hospital Gregorio Marañón de la Comunidad de Madrid- o en el sector privado.

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El origen de los conciertos es siempre una necesidad. Pero ésta puede ser de carácter sustitutorio o simplemente complementario. Entre los primeros se encuentra la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, un centro privado que sustituye al Insalud en la atención médica de un área concreta, o el citado Gregorio Marañón. Es decir, atiende a gran parte de sus pacientes como si fuera un hospital del Insalud y cobra por ello. En otros casos la dirección provincial del Insalud, que es quien concierta, sólo necesita acordar un servicio concreto.

Número estable

"La cifra de conciertos se mantiene más o menos estable", asegura el director general de Atención Primaria y Especializada, Rafael Matesanz, si bien crece en los últimos años la partida destinada a los servicios a domicilio, como la oxigenoterapia. En Navarra, cuyo Gobierno autónomo gestiona la sanidad, esta prestación también es realizada por una empresa privada. La administración controla directamente el suministro y la atención a los pacientes. Otro ejemplo, éste dentro del territorio del Insalud, es el servicio de cirugía cardíaca en Baleares, que suministra de forma exclusiva la clínica privada Miramar. La nueva consejera de Sanidad, la socialista Aina Salom, recela de esta opción porque entiende que "se puede estar primando un negocio particular".

En el Insalud aseguran que los conciertos son la forma de garantizar servicios necesarios que nunca serían rentables, ni social ni económicamente.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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