El Gobierno vasco financiará el TAV en el 2001 si no lo hace Madrid

El Gobierno vasco quiere comenzar en el año 2001, cueste lo que cueste, las obras de construcción del tren de alta velocidad (TAV), la Y ferroviaria. El Ejecutivo vasco, según afirmó ayer el titular de Transportes, Álvaro Amann, está decidido a participar en la financiación del proyecto ferroviario si para esa fecha el Gobierno central no posee los recursos económicos -unos 100.000 millones de pesetas- para costearlo. A cambio, Vitoria reclamará para sí la gestión de la explotación de la línea férrea.

La fecha de inicio de la construcción del futuro ferrocarril que conectará las tres capitales vascas, cuya competencia recae en el Gobierno central, no puede demorarse más allá del 2001, en opinión del consejero Amann. "Si para entonces Madrid no define el modelo de financiación" del tren de alta velocidad (TAV) vasco, "el Gobierno vasco asumirá el coste de las obras", afirmó ayer en San Sebastián. Así lo ha hecho saber recientemente, y de forma oficial, al ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado. La construcción del proyecto ferroviario vasco, cuyo texto aún no está redactado, se ha calculado que supondrá una inversión de unos 500.000 millones de pesetas (3.000 millones de euros), de los que el 80% se cubrirá con la aportación de la Unión Europea a través de los fondos estructurales y la cifra restante le atañe a Fomento. El Gobierno vasco ha trasladado ya al ministerio de Fomento su disposición a participar en la financiación de la parte que le incumbe a Madrid, aunque la propuesta se acompaña de dos condiciones: "En primer lugar, que se garantice toda la aportación europea, y además, nos tienen que conceder la capacidad de explotación de esta infraestructura", explicó el consejero vasco de Transportes. El ferrocarril que conectará San Sebastián, Vitoria y Bilbao con el eje atlántico europeo aún no conoce su trazado definitivo, por lo que Amann no aclaró si tendrá forma de Y, como inicialmente se concibió, o bien se parecerá a una L o eje pasante, solución propuesta por las tres cámaras de comercio vascas. El consejero, no obstante, aseguró que este año se decidirá su diseño final porque "1999 es el año para tomar las decisiones; en el 2000 se redactará el proyecto, y en el 2001 deben comenzar las obras". Esta solución ferroviaria de alta velocidad, sujeta desde su gestación a una dura oposición desde algunos sectores de la sociedad vasca, servirá para recortar el "retraso" que Euskadi sufre en este sistema de transporte, añadió Amann. Un billón en inversiones El sistema ferroviario vasco consumirá exactamente la mitad de la inversión económica que requerirá la construcción de la red de infraestructuras de alta capacidad en Euskadi, según la simulación realizada por la consejería vasca de Transportes. Amann informó de que este plan, donde se incluyen todas las mejoras en las comunicaciones por vía terrestre, ferroviaria, marítima y aérea, costará "un billón de pesetas". El Gobierno vasco se ha fijado el año 2010 como horizonte para completar toda la red de infraestructuras. Por otro lado, el Ejecutivo autónomo estudia las repercusiones en la financiación del TAV del último documento aprobado por el Gobierno central sobre el plan de inversiones en desarrollo regional hasta el 2005, del que el País Vasco "queda excluido por no ser objetivo uno".