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El Ayuntamiento de Zeberio pide a los vecinos que sigan ayudando en la búsqueda

VIENE DE LA PÁGINA 1 Cerca de 150 vecinos de Zeberio y Miraballes rastrean en patrullas desde el lunes los bosques y caminos que separan ambas poblaciones. Ayer, a las 8.30 de la mañana se reanudó la búsqueda. Junto a los voluntarios equipados de mapas de la zona iban grupos de rescate de la Ertzaintza, con agentes expertos en montaña, perros de rastreo y un helicóptero, y también miembros de la policía municipal, de Protección Civil y del servicio forestal de la Diputación de Vizcaya. Todos con un único objetivo: hallar una pista sobre el paradero de Laura Orue, estudiante de Magisterio en paradero desconocido. La búsqueda se centra en el barrio de Zaldarian, donde, en el número 11, reside la familia de Laura. Sus padres, Isidro y María Ángeles, y su hermano Roberto. Susana, la hermana mayor está embarazada. Las calles están plagadas de carteles con la foto de una joven sonriente, de ojos verdes y media melena color caoba. Debajo, un número de teléfono de contacto. La Ertzaintza también busca pistas en las laderas de Ustara, en Zollo, en el Polígono de Bakiola, en Arrankudiaga, y en las vías del tren en la zona de Miraballes. Fue en la estación de esta localidad donde apareció aparcado, en la mañana del domingo. sin signos de haber sido forzado, el coche de Laura, un Fiat Punto de color gris metalizado. La investigación se centra también en conocer si alguien pudo acompañar a la joven en el automóvil. Sus amigas se han "extrañado" de la forma en que se encontraba estacionado. "Ella es muy meticulosa y siempre lo deja preparado para salir, para no hacer maniobra". La Policía Autónoma baraja la posibilidad de que Laura no llegara a coger el tren en el que pensaba ir a las fiestas de Llodio. Por ahora, todo sospechas y conjeturas. No hay datos, al menos oficialmente. "Laura y sus amigas habían quedado a la una y media de la madrugada en un puente cercano a la estación de Llodio", recuerda Joana, que atiende a la prensa para evitar el dolor a los padres de la joven desaparecida. Su madre no sale de casa. El padre colaboró ayer en la búsqueda. "Pero están rotos", sentencia. La familia continúa esperando que suene el teléfono y una voz, aunque sea anónima, les proporcione una pista. Mientras, la Ertzaintza prosigue la investigación y el Ayuntamiento de Zeberio pide a los vecinos que sigan ayudando en el rastreo. Y es que muchos de ellos deben volver hoy al trabajo.

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