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Una empresa privada controla desde 1997 las historias médicas del hospital Clínico

F. Javier Barroso

El hospital Clínico Universitario (1.500 camas) privatizó el archivo y la gestión de los 2,5 millones de historias médicas en diciembre de 1997. El centro paga desde entonces 68 millones de pesetas anuales a una empresa gallega por la "organización, depuración, unificación y gestión" de las fichas, como recoge el contrato. El pasado viernes saltó a la luz pública que otro hospital, la ciudad sanitaria del Doce de Octubre, iba a privatizar su servicio de archivo, con 1,3 millones de fichas clínicas. La decisión fue criticada por los sindicatos y los partidos de oposición, que consideraban poco fiable que historias con datos confidenciales quedasen en manos privadas. Ahora, la denuncia de UGT ha destapado que la medida del Doce de Octubre no era más que una repetición de una iniciativa que ya lleva más de un año en marcha en el hospital Clínico.Desde diciembre de 1997, este centro público tiene contratado con una empresa, Severiano Gestión, la organización, la depuración y el encarpetado del archivo central de historias clínicas del hospital y la unificación e integración de las consultas externas y del pabellón 8 (situado en la Ciudad Universitaria).

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Anteriormente, la empresa Documentalia, cuyas instalaciones se encuentran en Torrejón de Ardoz, se encargaba sólo del almacén y custodia de los historiales médicos, según el director de enfermería del Clínico. Ante la avalancha de historias que se acumulaban en el archivo, la gerencia del hospital, según UGT, alegó en las juntas técnica-asistencial y de personal que para actualizar el archivo era "necesario contratar los servicios de una empresa externa especializada". La propuesta salió adelante, pese a la oposición de los sindicatos.

El concurso lo ganó Severiano Gestión, SL, cuya sede central está en As Pontes (A Coruña). Su cometido era variado. En primer lugar, se comprometía al traslado del archivo (entonces con unos 1,7 millones de historias) a un local externo al hospital. Este centro debía tener los pertinentes medios de seguridad para evitar robos, sistemas de detección y extinción de incendios.

La adjudicataria también se comprometía a "revisar la documentación que se encarpetaba", tal y como consta en el pliego de condiciones del concurso. Entre sus cometidos figuraban "ordenar y depurar la documentación clínica" y "realizar correcciones y actualizaciones cuando se detecte error o cambio en los datos personales o administrativos del paciente".

Otro trabajo consistía en separar los historiales de los fallecidos e integrar las fichas duplicadas en una sola carpeta, para evitar que las distintas secciones del hospital tuvieran diferentes sobres de un mismo paciente. Además, la empresa se comprometía a cambiar el sistema de clasificación. Frente al secuencial que usaba el Clínico (poner una historia detrás de otra por un orden numérico creciente), se decidió el triple dígito terminal (agrupar las historias a partir de sus tres últimas cifras). PASA A LA PÁGINA 3

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El Clínico asegura que "no es necesario" informar al paciente del destino de su historia

VIENE DE LA PÁGINA 1 La historia clínica incluye todo tipo de datos personales del paciente: desde el estado civil, número de hijos, vida sexual, toxicomanías, hasta enfermedades mentales, alergias y dolencias que ha sufrido el enfermo durante su vida. Ocho de los doce empleados que estaban en archivo en 1997 pasaron a otros departamentos como administración o vigilancia de puerta. Los cuatro restantes continúan.El subgerente del Clínico, José Moreno Canovés, explicó: "Se acudió a una empresa privada porque se observó una gran cantidad de material y que nuestros técnicos de documentación o archivo no podrían dar abasto. No podíamos permitirnos experimentos en este tema". El subgerente recuerda, además, que la dirección del centro añadió una cláusula que obligaba al secreto de los datos y a su confidencialidad.

La medida, sin embargo, no fue comunicada a los usuarios del hospital. "No era necesario. Tampoco les decimos si enviamos determinadas pruebas a laboratorios especializados fuera de Madrid o si las hacen nuestros profesionales", señaló el subgerente, que aseguró que el hospital entregará la historia clínica a cualquier paciente que la solicite.

El gerente de la empresa Severiano Gestión, José Luis Castro, señaló que en el archivo del Clínico trabajan ahora 18 personas que recuperan y reparten las historias de los pacientes. Recordó que todas las fichas clínicas del hospital madrileño, puestas una detrás de otra, alcanzarían unos 10,5 kilómetros.

"La confidencialidad está más que asegurada. Tenemos una disciplina férrea que impide el acceso de personas ajenas al servicio a los archivos. Las historias sólo se facilitan al hospital cuando el personal médico rellena un formulario. Además, si no se tienen las claves de acceso al programa informático, encontrar una historia entre los dos millones es como buscar una aguja en un pajar", señaló José Luis Castro.

Nave en Coslada

Las historias de pacientes que no han sido atendidos en los últimos años se almacenan en una nave de Coslada. Cada día se llevan al Clínico todas las peticiones que hacen los médicos. "Si surge una urgencia en las historias de Coslada, una persona se encarga de llevarla de inmediato al hospital. Es poco probable que un médico las pida porque contienen datos de periodos antiguos a los que los médicos suelen dar una importancia relativa", señaló Castro.

UGT discrepa de las aseveraciones de la dirección del hospital y de la adjudicataria. El secretario de la sección sindical del Clínico, Juan Antonio Alba, afirmó ayer que los responsables del hospital dejaron de dotar de medios al servicio de archivo para que se deteriorara y se justificase la gestión por parte de una empresa privada. Alba asegura que algunos médicos guardan las de algunos pacientes en sus propias taquillas para que no se extravíen. "Se ha llegado a dar el caso de que nos envían por error el historial de un paciente cuyo nombre coincide con el buscado, pero las patologías son distintas", aseguró Juan Antonio Alba.

Nicolás Díaz-Toledo, delegado de UGT, insistió en la idea de que la privatización ha empeorado la calidad del servicio, y afirmó que "muchas veces" es necesario pedir hasta tres y cuatro veces una historia para que la lleven a la consulta. "Se ha renovado dos veces el contrato con la adjudicataria y no han sido capaces de informarnos, cuando están obligados a ello", señaló Díaz-Toledo.

El director de Enfermería del Clínico, Alfredo Moreno, señaló a este periódico el pasado viernes que el hospital sólo había contratado con una empresa privada el almacenamiento de las historias de los enfermos que acudieron al centro hace más de un año, los llamados pasivos, pero que "ni las trataba, ni las revisaba". Ayer, el director médico del hospital corrigió estas declaraciones y las atribuyó a un malentendido.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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