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Entrevista:Manuel Chaves:presidente socialista de la Junta de Andalucía, [PU] Manuel Chaves, se ha convertido en la bestia negra del Gobierno del PP. Su decisión de subir las pensiones no contributivas y asistenciales por encima del IPC, que ayer emuló Jordi Pujol con una paga extra, ha puesto en un serio aprieto a José María Aznar. Chaves volverá a subir esas pensiones este año, si no lo hace el Pacto de Toledo. Además, anuncia que las elecciones andaluzas serán en el año 2000, aunque aún no tiene fijada fecha.

"Aznar se ha buscado un verano amargo por no subir las pensiones mínimas"

Pregunta. Su iniciativa de subir las pensiones no contributivas y asistenciales ¿le ha amargado el verano al presidente Aznar?Respuesta. Él se ha buscado este verano amargo por no subir las pensiones. Le faltó sensibilidad para adoptar una medida de justicia social y solidaridad hacia los pensionistas. Si en vez de entrar en un debate absurdo con la Junta, hubiera entendido que en un año de bonanza económica, en el que las grandes empresas han obtenido grandes beneficios e incluso los trabajadores han incrementado sus salarios por encima de la inflación, los que menos tienen, los pensionistas, necesitaban también un incremento de su capacidad adquisitiva, se hubiera evitado esa amargura.

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P. ¿Qué tiene que hacer Aznar

R. Rectificar, convocar el Pacto de Toledo e incluir una partida en los Presupuestos Generales del Estado (PGE), con el acuerdo de sindicatos y partidos políticos, que evite que las comunidades autónomas tengamos que asumir la responsabilidad de incrementar esas pensiones por encima del IPC.

P. Hoy mismo [por ayer], el presidente Jordi Pujol aprueba una paga extra a los pensionistas a sólo 48 días de las elecciones catalanas. ¿Eso es electoralismo?

R. Tiene algo de electoralista. Una medida que se adopta a un mes y medio de las elecciones es evidente que está sujeta a la acusación de electoralista. Pero esa acusación no puede ocultar el problema de fondo: los pensionistas quieren un incremento en un año de bonanza.

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P. ¿Usted también hizo electoralismo?

R. No se puede trasladar esa acusación a la Junta, que adoptó esa medida en diciembre de 1998, cuando no estaban convocadas las elecciones autonómicas, y siguen sin estarlo. P. Si el Gobierno no recoge esa subida en los PGE, ¿volverá a subir las pensiones este año? R. Sí. Lo tengo claro.

P. ¿En qué cantidad?

R. El doble de la inflación prevista. Igual que en 1998, y nadie nos podrá acusar de electoralismo. Es inconcebible lo que dice el Gobierno: que cuando se sube una pensión de 38.000 pesetas por encima del IPC se rompe la cohesión del Estado. Eso es bastante fuerte, es una pasada.

P. Mañana [por hoy] se reúne el Gobierno con los sindicatos.

R. No le veo ningún sentido a la reunión, si no tiene como objetivo incrementar las pensiones y que se refleje en los PGE. El Pacto defraudará las expectativas generadas entre los pensionistas.

P. ¿Mantiene su idea de reunirse con los presidentes autonómicos?

R. Si el Gobierno no toma la iniciativa, sí. Los presidentes deberíamos ponernos de acuerdo en una subida común y homogénea.

P. La respuesta por parte del PP ha sido rechazar su convocatoria...

R. Que cada uno asuma su responsabilidad. No puedo garantizar que todos los presidentes acudan a esa reunión, pero lo voy a intentar.

P. Por subir las pensiones, a usted le han dicho desde el PP de casi todo: sátrapa, gamberro institucional, demagogo... ¿Por qué? R. La polémica surge porque quien toma la decisión de subir las pensiones es el presidente socialista de Andalucía. Si hubiera sido otro presidente, del PP, o de otra comunidad, seguro que la reacción del Gobierno, desmesurada y sectaria, no habría tenido lugar.

P. El Gobierno recurrió la subida al Tribunal Constitucional (TC), que sentenció en julio que la Junta tiene competencias para realizar esa subida, y que además no se rompe la caja única. ¿Por qué sigue empecinado entonces el Gobierno?

R. La subida de las pensiones mínimas se ha convertido en un tema de debate nacional. Por tanto, al Gobierno no le queda más remedio que rectificar, pero acude a argumentos que ya han sido rechazados por el Tribunal Constitucional. En un país donde el Gobierno permite que las comunidades tengan capacidad normativa para establecer deducciones e IRPF distintos, o que haya salarios distintos para los funcionarios, hablar de que la cohesión territorial del Estado se rompa porque se suban pensiones de 38.000 pesetas es inconcebible.

P. Un ayuntamiento canario ha anunciado su propia subida de pensiones.

R. Cada uno tiene el derecho de subir las pensiones sobre las que tiene competencia, si no lo hace el Gobierno de la nación. Al final, todo se reduce a las prioridades que uno pueda establecer dentro de su propio presupuesto.

P. ¿Ese reparto de fondos públicos es, entre otras cosas, lo que puede diferenciar a la izquierda de la derecha?

R. Hay dos elementos en las estrategias de los partidos: las medidas para asegurar un crecimiento económico, y en Europa hoy es muy difícil distinguir en ese terreno una política de derechas de una de izquierdas; donde sí se diferencian es en la redistribución de los recursos: si benefician a unos pocos o al conjunto de la sociedad.

P. Usted ha subido las pensiones más bajas porque las quiere igualar al salario mínimo. El presidente Pujol, porque dice que la inflación en Cataluña ha crecido 2,5% puntos más que la media nacional en los últimos siete años. ¿Son comparables los argumentos?

R. Pujol ha querido evitar la acusación de que nos copia y de que nosotros nos hemos adelantado. Pero su argumento es peligroso, porque ahora se le pueden echar encima y reclamar esa subida los funcionarios de la propia Generalitat, por ejemplo.

P. Otro tema candente este verano: la financiación autonómica. El PP se está gastando, en publicidad pagada en los periódicos, un dineral pare decir que Andalucía ha perdido 26.140 millones por no aceptar su sistema.

R. Cuando se gastan muchos millones para hacer una campaña, quiere decir que los argumentos no convencen. El actual sistema de financiación no sirve. Es insolidario y nos perjudica. Con el no reconocimiento del censo por parte del Gobierno de Aznar, nos dejan de dar 40.000 millones de pesetas al año.

P. Por último: usted nació en Ceuta, por lo que sentirá en sus carnes los problemas de esa ciudad y de Melilla.

R. Yo tengo también el problema GIL en La Línea de la Concepción y en Marbella. Pero lo de Ceuta y Melilla es uno de los episodios más tristes en la historia democrática de los partidos políticos. El PP y el PSOE tenemos que asumir que la historia de nuestros partidos en esas ciudades está llena de escisiones, de transfuguismo y de incapacidad para vertebrar, asumir y representar los intereses de la población musulmana en esas ciudades.

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